EFE, HAITÍ .- El reciente aumento de los secuestros en Puerto Príncipe está causando una creciente preocupación en Haití, ante la impotencia de las autoridades, que se limitan a dar consejos a la población para evitar ser raptados.
Desde hace al menos un mes, las imágenes de personas secuestradas circulan a diario por las redes sociales; entre ellos, uno de los que más estupor ha causado a la población es el caso de una niña desaparecida hace más de una semana y cuyo vídeo con uniforme escolar circula constantemente en las redes sociales.
Debido al aumento de los secuestros, la embajada de Estados Unidos anunció este miércoles que ha restringido cualquier salida del personal de la legación diplomática hasta nuevo aviso.
En un comunicado, la embajada estadounidense afirma que se han notificado catorce secuestros en los últimos siete días, incluyendo a ciudadanos estadounidenses.
Sin embargo, el número real de raptos en el país se desconoce porque en muchos casos los secuestradores ponen como condición para la liberación de los rehenes que no se comuniquen los casos a la Policía o a la prensa.
El pasado lunes, el primer ministro haitiano, Joseph Jouthe, en lugar de anunciar medidas para combatir la inseguridad y los actos de violencia, prefirió dar consejos a las familias para protegerse de los secuestradores.
Jouthe pidió a los ciudadanos que no se suban a vehículos con desconocidos y que se mantengan vigilantes, declaraciones que han sido criticadas por los actores de la sociedad civil como una admisión de impotencia.
Los secuestradores generalmente exigen grandes sumas de dinero, llegando a pedir hasta un millón de dólares a cambio de la liberación de una mujer secuestrada.
Todos tipo de personas son secuestradas, desde estudiantes, a funcionarios públicos, ingenieros y ciudadanos extranjeros.
Los secuestros aumentaron en Haití desde comienzos del año, pero la llegada de la pandemia en marzo pasado contribuyó a una drástica disminución de los casos.
La situación volvió a deteriorarse después de la reanudación de las actividades económicas a finales de junio, a la par que se ha reactivado la violencia de las bandas armadas en diversas barriadas de la capital.
Desde el pasado noviembre, se ha producido una escala desmesurada de los secuestros, lo que ha extendido el miedo en todo el país.
La oposición califica la situación de “secuestro de Estado” y denuncia el hecho de que las autoridades están más interesadas en organizar elecciones y cambiar la Constitución del país en lugar de combatir con firmeza el creciente clima de inseguridad y violencia.