«Rompen el diálogo quienes pidieron diálogo», indica un comunicado oficial del gobierno, culpabilizando a los artistas del hecho, publicó BC Mundo.
Las autoridades cubanas habían aceptado recibir una representación de los manifestantes que la semana pasada se habían reunido a las afueras del Ministerio de Cultura para protestar contra el desalojo forzoso de miembros del MSI, un grupo de artistas, académicos y periodistas independientes que estaban en huelga de hambre.
Lo que empezó como un plantón solidario con el MSI se convirtió en reclamo de mayores libertades para el arte independiente de parte de unas 300 personas, una representación de los cuales fueron admitidos por las autoridades y alcanzaron una serie de acuerdos, entre ellos, abrir un canal de diálogo que incluiría una reunión con el ministro de Cultura esta semana.
Sin embargo, el propio ministro, Alpidio Alonso, publicó este viernes en su Twitter una declaración de su cartera en la que atribuye la decisión de cancelar las conversaciones a que los artistas pretendían «imponer, de modo unilateral, quiénes, con quién y para qué aceptarán dialogar».
«Al pretender incluir entre los participantes a personas que se han autoexcluido hace mucho tiempo por sus agresiones a los símbolos patrios, delitos comunes y ataques frontales a la dirección de la Revolución Cubana, bajo el disfraz del arte, los que instrumentaron esta maniobra acaban de romper toda posibilidad de diálogo», indica la nota.
El grupo de artistas, que se organizó bajo el acrónimo 27N (27 de noviembre, el día de la protesta), había solicitado al Ministerio la inclusión en el debate de miembros del MSI que habían participado en una huelga de hambre, entre ellos su líder, Luis Manuel Otero Alcántara.
Alcántara realizó el pasado año un atrevido performance en el que utilizó una bandera cubana por un mes durante todo el tiempo, lo que le valió ser detenido y sentenciado por «ultraje a los símbolos patrios y daños a la propiedad».
La inusual protesta de artistas cubanos luego de que el gobierno desalojara a la fuerza a jóvenes en huelga de hambre
Asimismo, el grupo también había pedido que se aceptara en las negociaciones a periodistas de medios independientes, quienes estuvieron en la reunión del viernes pasado.
«El Ministro de Cultura no se reunirá con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios. Tampoco lo hará con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses», indica la nota.
En Cuba, un país gobernado con un sistema de partido único que reprime las muestras de disidencia, las autoridades suelen acusar a los opositores de estar al servicio o recibir financiamiento de EE.UU.
«Con los mercenarios, no nos entendemos», concluye el comunicado oficial.
¿Qué más dijo el Ministerio?
En la nota, la institución asegura que las autoridades del Ministerio accedieron a recibir a los manifestantes el viernes pasado por «respeto a las inquietudes y demandas de los jóvenes vinculados al arte, que llegaron hasta allí por convocatoria en redes de grupos con otros intereses».
Cuestiona, además, las condiciones de los artistas para el diálogo por considerar que el grupo que los representa carece «de legitimidad y ética para emplazar a las instituciones de la cultura cubana».
«Para los jóvenes y para todos aquellos artistas que se reunieron frente al MINCULT (Ministerio de Cultura) el 27 de noviembre, que no han comprometido su obra con los enemigos de la nación cubana, siguen abiertas las oportunidades de diálogo, como ha sido una práctica histórica de las instituciones culturales de la Revolución», indica la nota.
«Como ha reiterado el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, no somos un Gobierno en la clandestinidad. Somos una Revolución en el poder, que tiene entre sus fuerzas más formidables a la cultura, una cultura soberana, independiente y antiimperialista desde la raíz», agrega.
El pasado domingo, el mandatario cubano participó en una contramarcha de organizaciones de jóvenes comunistas tras la protesta del viernes, en la que aseguró que un diálogo solo sería posible si era «por el socialismo y para todo lo que sea por la Revolución».
Por casi 60 años, la política cultural cubana ha estado permeada por un conocido discurso de Fidel Castro a los intelectuales, en el que limitó la expresión artística en la isla al apoyo al gobierno.
«Con la Revolución todo, contra la Revolución nada», dijo Castro, en una frase que se volvió referente y argumento frecuente de las autoridades para decidir la legitimidad tanto de artistas como de manifestaciones culturales.
¿Qué más reclamaban los artistas?
En su correo a la institución, los artistas que organizaban las conversaciones pedían: «Garantías de seguridad y protección para todos los que vamos a la reunión y para los que quieran estar afuera».
Varios testigos en la protesta del viernes pasado contaron que la policía cubana había cercado el área, cortó la electricidad y lanzó gases lacrimógenos contra algunas de las personas que deseaban unirse al plantón.
El grupo reclamaba, además, que la participación de los negociadores por la parte de los artistas no fuera negociable, dado que «habían sido elegidas democráticamente por los manifestantes».
Solicitaron, además, la presencia del presidente cubano «así como de un representante facultado del Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia».