EFE, TOKIO.- El Gobierno de Japón amplió hoy el estado de emergencia sanitaria que estaba vigente en Tokio y alrededores hasta cubrir la mayor parte de la población y de la economía nacionales, el mismo día en que el país superó los 300.000 contagios de coronavirus.
La medida extraordinaria estará en vigor en las regiones designadas hasta el próximo 7 de febrero, según anunció este miércoles el primer ministro nipón, Yoshihide Suga, quien calificó de “grave” la situación y pidió colaboración a los nipones para asumir las nuevas restricciones.
La decisión afecta a las prefecturas de Osaka, Kioto, Aichi, Hyogo, Fukuoka, Gifu y Tochigi, que han sido incluidas debido al ritmo de contagios y a la situación de sus sistemas sanitarios en el estado de emergencia declarado en Tokio y en las colindantes Chiba, Kanagawa y Saitama el pasado viernes.
De este modo, quedan incluidas en torno al 55 % de la población de Japón y las prefecturas que aglutinan la mayor parte de su actividad económica.
RESTRICCIONES A MEDIDA
El Gobierno ha apostado esta vez por un estado de emergencia “limitado” o con medidas centradas en los espacios considerados de “alto riesgo” de contagio, principalmente bares y restaurantes, y con vistas a evitar un excesivo impacto económico como el que tuvieron las restricciones más amplias de la pasada primavera.
En esta ocasión se limitan horarios de apertura de bares y restaurantes, se recomienda a los ciudadanos permanecer en casa dentro de lo posible -lo que no supone en ningún caso el confinamiento obligatorio- y se reduce la escala de eventos masivos culturales o deportivos.
El responsable del panel de expertos médicos que asesora al Gobierno, Shigeru Omi, dijo que las restricciones de horarios “no serán suficientes” para contener al virus, y pidió a los nipones que eviten todos los desplazamientos que no sean esenciales, durante su comparecencia junto a Suga.
El Gobierno también ha pedido al sector privado implantar el teletrabajo con el objetivo de reducir en un 70 % el tráfico de pasajeros en el transporte público, aunque los datos aportados en los últimos días por las empresas operadoras de Tokio y alrededores muestran niveles lejanos a esa meta.
CONTAGIOS AL ALZA
El Ejecutivo ha decidido volver a recurrir a esta medida extraordinaria, que ya fue empleada la pasada primavera durante la primera ola de contagios, debido a los incrementos récord de infecciones que se vienen registrando en los últimos días en gran parte de las regiones del país.
Entre ellas se encuentran Osaka, Aichi, Kioto y Hyogo, cuyos hospitales están bajo presión creciente ante la acumulación de pacientes con síntomas graves, al igual que sucede en Tokio, que sumó hoy 1.433 contagios adicionales y supone una cuarta parte de los contagios a nivel nacional.
Japón ha superado los 300.000 contagios menos de un mes después de rebasar la barrera de los 200.000, y tras alcanzar los 100.000 a finales de octubre. La cifra actual de fallecidos por COVID-19 es de 4.193.
El antes citado experto achacó esta evolución a la posible relajación de unos ciudadanos que “llevan casi un año colaborando” con las recomendaciones de las autoridades, y que “parecen tener menos miedo al virus ahora” que la pasada primavera.
Japón declaró por primera vez el estado de emergencia a comienzos del pasado abril en Tokio y posteriormente lo extendió a todo el archipiélago, antes de levantarlo por completo a finales de mayo tras dar por controlada la primera ola de contagios, cuyas cifras eran notablemente inferiores a las de ahora.
FRONTERAS CERRADAS
Suga también anunció hoy el cierre por completo de las fronteras del país hasta que acabe el estado de emergencia, salvo para los ciudadanos japoneses o residentes extranjeros que salgan de Japón y regresen.
Desde finales de diciembre, Japón no concedía nuevos visados para acceder al país y solo permitía entrar a viajeros de negocios de una decena de países de Asia-Pacífico, pero desde ahora estos tampoco podrán entrar.
Las autoridades niponas amplían así las restricciones fronterizas que vienen imponiendo desde hace meses, y que se han reforzado a raíz de la detección de las nuevas y más contagiosas variantes del virus en Reino Unido y Sudáfrica.
Suga explicó que la decisión se debe a la “preocupación” ante las nuevas cepas, entre las que se incluye otra más recientemente detectada por Japón en viajeros procedentes de Brasil, y de la que por ahora se desconocen su nivel de infecciosidad o si responden de modo diferente a los medicamentos y vacunas disponibles.