Los amotinamientos simultáneos del martes en distintas cárceles de Ecuador causaron al menos 79 muertos, según confirmaron las autoridades ecuatorianas.
Los incidentes se registraron en cárceles de las provincias de Guayas y Cotopaxi, además de la prisión de Turi, en la provincia de Azuay, publicó BBC Mundo.
Decenas de familiares de los 79 muertos se concentraron ante la prisión de Guayaquil y la morgue de la ciudad para pedir los restos de los reclusos que murieron en la secuencia de enfrentamientos, los peores en la historia penitenciaria del país.
Las autoridades ya retomaron el control de los tres centros, donde se encuentra el 70% de toda la población penitenciaria de Ecuador.
El director del Servicio Nacional de Atención Integral a las Personas Privadas de Libertad (SNAI), Edmundo Moncayo, atribuyó los motines al choque entre organizaciones delictivas por tomar el liderazgo que quedó vacante tras el asesinato de un líder en la ciudad de Manta el pasado diciembre.
«En ese momento esperábamos una reacción inmediata; sin embargo, la reacción ha demorado, es la que se ha producido hoy: dos grupos intentando encontrar un liderazgo delictivo al interior de los centros de privación de libertad», explicó el jefe del SNAI.
Los enfrentamientos del martes fueron coordinados al mismo tiempo en cuatro focos distintos, según creen las autoridades, por dos bandas que, aparentemente, se disputan el control de las prisiones y del mercado delictivo.
«Una banda son los Choneros, brazo armado del Cartel de Sinaloa, y el otro son los Lagartos, que estarían operando con el Cartel Jalisco Nueva Generación», explicó a la agencia Efe Arturo Torres, investigador criminológico.
«Es una disputa del mercado delictivo y del narcotráfico que excede las fronteras del país», agregó.
«Una acción concertada»
En una primera reacción, el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, responsabilizó de los incidentes a organizaciones criminales:
Posteriormente, Moreno comunicó que instruyó al Ministerio de Defensa «ejercer un estricto control de armas, municiones y explosivos en los perímetros exteriores de los centros penitenciarios«.
El miércoles, en un videocomunicado difundido por la Presidencia de Ecuador, Moreno volvió a relacionar las matanzas con el crimen organizado transnacional y el narcotráfico.
«Fuerzas oscuras amenazan nuestra convivencia», dijo, y agregó que los sucesos del martes son «consecuencia» de un incremento del narcotráfico.
«No es casual que estuviera organizado desde el exterior de las cárceles e internamente orquestado por quienes se disputan el liderazgo y tráfico de drogas en el territorio nacional».
Por su parte, el ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, también habló de una acción criminal conjunta.
«Ante la acción concertada de organizaciones criminales para generar violencia en centros penitenciarios del país, desde el Puesto de Mando Unificado conjuntamente con mando policial gestionamos acciones, para recuperar el control», escribió Pazmiño en su cuenta de Twitter.
Grupos especiales de la policía entraron en los centros para contener la violencia interna.
El comandante Patricio Carrillo habló de disturbios en varias prisiones y calificó la situación de «crítica».
El Ministerio de Defensa informó de la colaboración de las Fuerzas Armadas, desplegadas en el perímetro del Centro de Rehabilitación Social de Turi.
Sobre el estado de la investigación, el director del SNAI dijo: «Estamos trabajando en este momento para poder determinar que nuestra hipótesis tenga las premisas fuertes que nos ayuden a que Fiscalía Nacional pueda tener la mayor información que permita poner a órdenes de las autoridades judiciales a quienes idearon esta acción».
Moncayo lamentó la pérdida de vidas humanas y habló de la necesidad de hacer «mayores esfuerzos financieros y en el marco legal» para lidiar con el desafío de la violencia en los centros de reclusión.
Violencia en las cárceles
El pasado diciembre, enfrentamientos en cárceles ecuatorianas desencadenados por pandillas rivales dejaron 11 reclusos muertos y siete heridos.
En noviembre se había levantado el estado de emergencia de 90 días declarado por Moreno para los centros penitenciarios del país con el objetivo de «controlar a grupos mafiosos» para reducir la violencia.
Hay unos 38.000 presos en Ecuador, un país de 17 millones de habitantes.
Para reducir el número de reclusos en medio de la pandemia de covid-19, el gobierno conmutó las sentencias de personas condenadas por delitos menores, con lo que la superpoblación de los centros disminuyó de un 42% a un 30%.