EFE, París.- El recién nacido grupo automovilístico Stellantis, fruto de la fusión de PSA y Fiat-Chrysler, publicó este miércoles de forma separada los resultados de 2020 de sus dos integrantes que, pese a la reducción de los beneficios del 62 %, muestran una buena resistencia a la crisis sanitaria de la covid.
Los dos componentes de la nueva entidad demostraron una mejor resiliencia que Sumando los beneficios de ambas automovilísticas llegan a alrededor de los 2.200 millones de euros, muy lejos de los más de 5.900 de 2019, pero ambas evitan los números rojos en los que han caído buena parte de sus rivales.
Unos resultados aplaudidos por los mercados, que situaron a media mañana las acciones del nuevo conglomerado en torno a una subida del 3 % en la Bolsa de París, tres veces más que la mejora del selectivo CAC-40.
«Estos resultados muestran la solidez financiera de Stellantis, que reúne dos empresas fuertes y sanas. Stellantis comienza una andadura lanzado y se concentra totalmente en conseguir las sinergias anunciadas», indicó Carlos Tavares, antiguo patrón de PSA y ahora al frente de la nueva entidad, cuarto fabricante automovilístico del mundo.
Fruto de ese optimismo, el grupo auguró un margen de explotación positivo de entre el 5,5 y el 7,5 % para el año en curso, en una previsiones fundamentadas en que la crisis del coronavirus no se traducirá en nuevos confinamientos.
Juntos, superaron los 134.000 millones de euros de ventas y los resultados deberían mejorar en 2021.
EL DESAFÍO DEL MERCADO CHINO
Con 14 marcas en su cartera, 400.000 empleados repartidos en 130 mercados y fábricas en 30 países, Stellantis se marca como meta lograr a medio plazo 5.000 millones de euros de sinergias, sin el cierre de plantas ni reducciones de plantilla.
Su estrategia pasa por inversiones conjuntas y explotar la complementariedad geográfica del conglomerado para afrontar los desafíos del sector, la electrificación de su oferta, confrontada en estos momentos al doble reto de superar la crisis sanitaria y la de penuria de componentes, como los semiconductores.
En particular, Stellantis tendrá que hacer frente a su principal punto débil, su implantación en el mercado chino.
Para todos esos retos, la empresa parte de unos resultados optimistas en 2020.
PSA, que comercializa Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall, marcas muy presentes en Europa, uno de los mercados más afectados por la crisis, vio sus ventas reducirse un 18,7 % hasta los 60.700 millones, pero logró conservar sus precios de venta y evitar las pérdidas.
Su beneficio, 2.173 millones de euros, es un 32 % inferior al registrado en 2019, con un margen operativo del 7,1 %, un indicador que, en el segundo semestre, cuando las medidas de confinamiento de la población se fueron relajando en Europa, alcanzó un nivel récord del 9,4 %.
Su nuevo socio italo-estadounidense, que además de Fiat y Chrysler vende Lancia, Alfa Romeo, Abarth, Maserati, Jeep, RAM y Dodge, se salvó por los pelos de los números rojos, registrando un beneficio de 24 millones, frente a los 2.700 millones de 2019.
Al igual que PSA, su rendimiento mejoró a medida que avanzó el año y en el cuarto trimestre se apuntó unos beneficios de 1.560 millones de euros, un 1 % inferior al del mismo periodo del ejercicio anterior.
Sus ventas cayeron en el periodo un 20 % hasta los 86.676 millones de euros.
Otro signo de optimismo, la dirección del grupo confirmó su objetivo, anunciado durante la fusión, de destinar 1.000 millones de euros al pago de dividendos a sus accionistas, lo que se traducirá en 0,32 euros por título si lo aprueba la Junta prevista en abril próximo.