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Danny Green y los Sixers amargan el regreso a Marc Gasol

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Un letal Danny Green, con ocho triples, impulsó a los Philadelphia 76ers para tumbar a Los Angeles Lakers (101-109), que conservaron la fe hasta el final pero que no pudieron regalarse una victoria en la vuelta de Marc Gasol.

EFE, LOS ÁNGELES, EE.UU.- Un letal Danny Green, con ocho triples, impulsó a los Philadelphia 76ers para tumbar a Los Angeles Lakers (101-109), que conservaron la fe hasta el final pero que no pudieron regalarse una victoria en la vuelta de Marc Gasol.

El español se había perdido los últimos nueves partidos por el protocolo del coronavirus y hoy regresó a la cancha pero con los minutos restringidos como parte de su proceso de adaptación.

Gasol salió de titular, jugó 15 minutos y logró 5 puntos (1 de 2 en tiros), 2 rebotes y 2 asistencias frente a 2 pérdidas.

 

Especialmente en el primer cuarto, la presencia del pívot contribuyó a ordenar tanto el ataque como la defensa de unos Lakers repletos de bajas y que hoy tampoco contaron con los lesionados LeBron James y Anthony Davis.

Kyle Kuzma (25 puntos y 9 rebotes), Dennis Schroder (20 puntos y 11 asistencias) y Montrezl Harrell (20 puntos y 8 rebotes) lideraron a los mermados angelinos que acumulan ya cuatro partidos consecutivos perdidos, exactamente los cuatro encuentros que han disputado desde que se lesionó James.

Los Lakers volvieron a acusar una triste inconsistencia con un tercer cuarto lamentable (17-35 para los Sixers), pero acariciaron la remontada con un gran último parcial que les colocó a 3 puntos a falta de solo 51 segundos.

Pero en ese momento salió al rescate Danny Green con un nuevo triple para hundir a sus excompañeros con los que se proclamó campeón de la pasada temporada en la “burbuja” de la NBA.

Green, que justo hoy recibió en su visita a Los Ángeles (EE.UU.) el anillo de campeón junto a Dwight Howard, culminó de esta forma una estupenda actuación: 28 puntos con 8 de 12 en triples, y 5 rebotes.

Como escuderos tuvo a Seth Curry (19 puntos) y Tobias Harris (17 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias) para suplir la ausencia del lesionado Joel Embiid.

Con esta nueva derrota, los Lakers (28-17) se alejan de la tercera plaza de la Conferencia Oeste, en manos de Los Angeles Clippers (30-16), y ven cómo se les acercan ya los Denver Nuggets y los Portland Trail Blazers (ambos con 26-18).

Por su parte, los Sixers continúan como líderes de la Conferencia Este (32-13) y tienen el segundo mejor balance de la liga solo por detrás de los Utah Jazz (32-11), que siguen al frente en el Oeste.

BUEN ARRANQUE DE GASOL

Con la enfermería llena y sin ningún fichaje en el último día de traspasos, los Lakers afrontaban este partido con la intención de dar minutos a Gasol para que vuelva cuanto antes a estar al cien por cien.

El español arrancó muy bien con un triple nada más comenzar y explotó las debilidades en defensa del quinteto bajo de los Sixers.

No obstante, dos triples de un acertado y efectivo Seth Curry crearon la primera diferencia para los visitantes (10-15 tras cinco minutos).

A diferencia del horrible encuentro frente a los New Orleans Pelicans del martes (128-111), los Lakers sí mostraron hoy rabia competitiva y capacidad para reponerse ante los obstáculos.

Así, un triple de Kyle Kuzma y otro de Kentavious Caldwell-Pope tras una fantástica asistencia de Gasol le dejaron claro a los Sixers que hoy tendrían que sudar mucho para llevarse la victoria (19-18 a falta de cinco minutos).

En ese momento saltaron las chispas entre Dwight Howard y Montrezl Harrell.

Los dos pívots se buscaron las cosquillas, se empujaron, se encararon y acabaron llevándose cada uno una falta técnica.

Pero Howard, pese a tener 35 años y ser todo un veterano, pecó de inocente y en el camino al banquillo tras el primer cuarto (24-27) volvió a cruzarse en el camino de Harrell y terminó expulsado por una segunda técnica.

Preguntado por la televisión estadounidense antes del comienzo del segundo cuarto, Doc Rivers, el técnico de los Sixers, describió así cómo había visto lo ocurrido: “Payasos. Dos tipos haciendo el bobo. Es ridículo por ambas partes. En fin, que no me ha gustado”.

Volviendo a lo puramente deportivo, el segundo cuarto, sin excesivo acierto por ningún equipo, sí vio un vistoso duelo de penetraciones entre Dennis Schroder y Ben Simmons que finalizó en tablas (54-54).

En la reanudación, los Lakers desaparecieron.

Los de Filadelfia pisaron el acelerador en el tercer cuarto conectando tres triples seguidos (dos de Green y uno de Curry) y en algo menos de cuatro minutos ya ganaban por diez puntos (58-68)

Tobias Harris se unió a la fiesta anotadora de Green y Curry y al final del tercer cuarto ya rozaban las dos decenas de puntos de ventaja (71-89) frente a unos Lakers totalmente inoperantes.

Parecía que la velada ya estaba decidida, pero un arreón de orgullo y dignidad de los Lakers en el último cuarto les enganchó totalmente al partido e hizo temblar a los Sixers.

Kuzma y Harrell se echaron a hombros al equipo en un brillante parcial de 19-8 en seis minutos y se plantaron a solo tres puntos en el último minuto, pero entonces apareció Green para arruinar finalmente las esperanzas de su antiguo equipo.

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