Fue en la mañana del 9 de junio del pasado año cuando, en un breve comunicado publicado en las redes sociales, su familia dio a conocer el fallecimiento del líder de Jarabe de Palo a los 53 años, tras haber recaído en un cáncer que le fue diagnosticado en 2015, y del que un año después llegó a proclamar que se había curado.
EFE.- No por menos esperada, la noticia de la muerte del cantante catalán Pau Donés sacudió hace un año el panorama musical español y latinoamericano, una herida que aún no ha cicatrizado, mientras sus canciones y su lucha perviven entre sus fans y a través de su familia mediante el proyecto “Jarabe contra el cáncer”.
Fue en la mañana del 9 de junio del pasado año cuando, en un breve comunicado publicado en las redes sociales, su familia dio a conocer el fallecimiento del líder de Jarabe de Palo a los 53 años, tras haber recaído en un cáncer que le fue diagnosticado en 2015, y del que un año después llegó a proclamar que se había curado.
El empeoramiento de su estado ya era visible desde meses antes, cuando Donés, en pleno confinamiento por la covid, decidió publicar el vídeo de la canción “Vuelvo”, grabado en el balcón de su casa, o en su aparición en el videoclip del sencillo “Eso que tú me das”, junto a su hija Sara, apenas dos semanas antes de su muerte.
Conocedor de su fatal destino, había decidido adelantar parte de su último álbum, “Tragas o escupes”, su regreso oficial a la música, y la canción elegida, de tono vitalista y optimista, era una forma de agradecer a todos sus seguidores su apoyo en los momentos más difíciles de su vida.
“Eso que tú me das” fue también el título del documental que le dedicó el periodista Jordi Évole tras conversar con el cantante en sus últimos días en su casa de la Vall d’Aran, y donde Donés expresa a corazón abierto sus pensamientos, miedos y deseos.
Un Donés extremadamente delgado, intubado y apenas con un hilo de voz que, en su conversación con el periodista, es capaz de bromear y de hablar con serenidad de su situación, y en la que asegura que se siente “feliz”, aunque matiza que es “una felicidad cabrona”, porque piensa que por qué no se puede quedar unos años más disfrutando de la vida.