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Huppert o la frialdad de una actriz no intimidada por nada ni nadie

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No es una sensación que me interese", señaló tajante en una clase magistral durante el Festival de Cannes, que celebra su 74 edición del 6 al 17 de julio.

EFE.- Pocas mujeres tienen más presencia y autoridad en el panorama artístico francés, teatral o cinematográfico, que Isabelle Huppert, una actriz que dijo este martes no sentirse intimidada por nada ni nadie.

«No es una sensación que me interese», señaló tajante en una clase magistral durante el Festival de Cannes, que celebra su 74 edición del 6 al 17 de julio.

Huppert (París, 1953) se ha puesto a las órdenes de los nombres mas reconocidos de la industria, de Claude Chabrol («Madame Bovary», 1991) a Michel Haneke («La pianiste», 2001) o Paul Verhoeven («Elle», 2016), y en teatro protagoniza en el actual Festival de Aviñón «La Cerisaie», de Antón Chéjov.

No le atraen los roles en sí mismos, aseguró, sino la forma en que los directores los aborden.

«No puedo decir que sueñe con encarnar tal o cual personaje. Me interesa la construcción que hacen de ellos los cineastas», apuntó ante una sala impresionada con el enfoque pragmático que dijo tener la actriz.

Su último filme en competición en Cannes fue «Frankie» (2019), de Ira Sachs, por lo que Huppert, Palma de Oro a la mejor interpretación femenina por «Violette Nozière» (1978) y «La Pianiste» (2001), no acudió al certamen para hablar de su proyecto más reciente, sino de toda su trayectoria.

Su currículum es abultado, a nivel nacional e internacional, pero ella afirmó no haber aprendido nada de ninguno de sus papeles.

«Un rol no me enseña nada ni de mí misma ni de nadie. Actuar es para mí un placer puro, algo que pasa con mucha intensidad, un aquí y ahora, pero no puedo decir que me enseñe algo. Tal vez sí al espectador, porque el cine está hecho a la vez para distraer y para hacer reflexionar», indicó.

A diferencia de quienes dicen que actúan para poder ser otras personas, para Huppert la actuación es, ante todo, un encuentro consigo misma, «algo que te lleva a ti mismo todo el rato».

En ese proceso tiene una confianza ciega en el director. «Debe haber algo más que confianza entre director y actor, una creencia, sin llegar a un misticismo que no tiene lugar. Es un sentimiento muy potente por el que crees en lo que haces, y no sucede con cualquiera, porque no todos pueden transmitirlo», recalcó.

UN MISMO MÉTODO PARA CINE Y TEATRO

Huppert no enfoca de forma diferente su actuación cinematográfica o teatral, aunque sí admite que son lenguajes y experiencias diversas.

«Con el cine sabes que haces algo que va a perdurar. El mundo que crea se hace también en el montaje, etapa final y esencial. El teatro es diferente. Nunca es definitivo y, sobre todo, va a morir. Es el arte de lo efímero», recalcó.

Con un elegante traje rojo y en un viaje de ida y vuelta desde Aviñón a Cannes, la actriz añadió que teatro y cine comparten en cambio el hecho de ser «el arte de la precisión porque todo lo que tienes que expresar lo haces en un marco extremadamente fijado».

«La actuación debe tener la amabilidad de hacer pensar que es improvisación», explicó en ese encuentro de cerca de una hora, al que también se han prestado en esta edición los estadounidenses Matt Damon y Jodie Foster, el británico Steve McQueen, el italiano Marco Bellocchio y el surcoreano Bong Joon-ho, Palma de Oro en 2019 por «Parasite».

Huppert admitió que de pequeña veía muy pocas películas y no era nada cinéfila y confesó también que le resulta más complicado interpretar personajes simples que aquellos ambiguos, que plantean preguntas.

Y la distancia con la que dijo plantearse su oficio se reflejó igualmente en la importancia que da a su trabajo como actriz: «Creo que quienes hacen cine son los directores. Yo no cuento demasiado», concluyó.

 

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