EFE.-Transcurrido un mes desde el asesinato de Jovenel Moïse los haitianos siguen sin saber quién mató a su presidente, mientras la investigación del magnicidio está en punto muerto, según diversos sectores de la vida nacional y varios implicados en el proceso, que es objeto de innumerables críticas.
Entre los reproches a las autoridades responsables de la causa está la lentitud de los procedimientos, la persistencia de muchas zonas grises en la investigación, la negativa de las autoridades a divulgar información y la falta de respeto a los principios establecidos por la ley.
SUPUESTAS IRREGULARIDADES
«El proceso judicial se compone de violaciones a los derechos de las personas», al producirse detenciones «sin que haya habido ningún delito flagrante», señaló en declaraciones a Efe el abogado Stanley Gaston, defensor legal, entre otros acusados, de Christian Emmanuel Sanon, supuesto cerebro del plan para matar a Moïse.
Además, varios de los acusados «fueron privados de la asistencia de su abogado» en los interrogatorios, y eso constituye «un acto arbitrario», apuntó el letrado, quien reconoció que siempre ha habido casos de violación de derechos humanos, pero cree que la situación es peor en este caso.
A su entender, «la policía está violando el principio de presunción de inocencia desde que muestran a un acusado en la televisión. Esto crea una mala impresión», apuntó.
También el abogado Samuel Madistin criticó que los detenidos no hayan comparecido aún ante un juez después de todo este tiempo y opinó que las acciones realizadas durante la investigación podrían ser invalidadas en el futuro.