Al conmemorarse el primer año del Gobierno de Luis Abinader, el Equipo Provincial y Municipal de Santiago de Alianza País, evaluó la realidad para esta provincia de lo que ha implicado este año. Pues en Santiago, los primeros doce meses de la nueva administración han transcurrido con una gran dosis de expectativas que no acaban de materializarse, alimentadas por las promesas de campaña y las ofertas de inversiones públicas que desde el discurso inaugural ha formulado el presidente.
El consenso de quienes han evaluado la experiencia de gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) apunta a que es un gobierno de mucha espuma y muy poco chocolate, ya que a modo de ejemplo, citan que el 16 de agosto de 2020 el presidente anunció la Autopista Ámbar para comunicar la avenida Circunvalación Norte con Puerto Plata. En esa misma ocasión comunicó la remodelación del Puerto de Manzanillo, incluyendo la ampliación de la carretera que comunica el puerto con la autopista Joaquín Balaguer. Los 365 días que han transcurrido no han sido suficientes para iniciar ni siquiera un metro de construcción de ambas obras.
Destacaron los aliancistas que en septiembre 2020, a un menos de un mes de su toma de posesión, el primer mandatario agotó una agenda de dos días en Santiago, asumiendo compromisos como la culminación de la reparación del Hospital José María Cabral y Báez, para ser entregado en los primeros 100 días. Esta obra, símbolo de la insensibilidad del Gobierno dominicano ante la salud de la región, continúa al día de hoy inconclusa, luego de 8 años del inicio de su rehabilitación. El presidente Abinader hace causa común con el anterior mandatario, sumando la negligencia y la falta de compromiso con la región ante la inexplicable lentitud en entregar esta importante obra en condiciones adecuadas para su uso. Luego de inversiones multimillonarias este Hospital Regional se convierte en un ejemplo más de la capacidad de nuestros gobiernos de darle continuidad a las malas prácticas y a las ineficiencias.
Evidenciando una estrategia publicitaria de espejismos e ilusiones efímeras, el Gobierno ha dejado entrever una forma de administrar basada en una premisa trujillista que asume que al pueblo dominicano no hay que hacerle obras, que es suficiente con ofrecerlas. ¿Qué otro interés tiene el Gobierno de ir acumulando ofertas, sin priorizar obras, abriendo múltiples frentes de desembolsos de forma paralela? Un estimado conservador da cuenta de una inversión total que superaría los 1,400 millones de dólares. ¿Alguien con visión de estadista puede creer posible que el presupuesto nacional tiene la capacidad de enfrentar de manera simultánea esas inversiones?
La vacunación, como nota positiva de las actuales autoridades, se ve ensombrecida por la desatención a otros aspectos que muestran empeoramiento en los indicadores de salud bajo la actual administración, como es el caso de las muertes maternas.
Para finalizar, reiteraron que en Santiago de los Caballeros, al igual que se ha hecho a nivel nacional, Alianza País estará vigilante con las ejecutorias del Gobierno. Declararon, además, que no se quedarán indiferentes frente a las reiteradas prácticas del sistema político tradicional de usurpar el poder de transformación refrendado por el voto popular. Y hasta ahora, los resultados que arroja el primer cuarto del presidente Luis Abinader no generan ningún optimismo sobre el derrotero que continuará este Gobierno.