Lo que hemos planteado, comentó, es que Estados Unidos intervenga y actúe con más urgencia y prontitud e invierta en Centroamérica, sobre todo en los programas sociales que aplicamos en el sudeste de México y en Chiapas, en especial los denominados Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro.
Con esos programas se crean miles de empleos de inmediato en Guatemala, Honduras y El Salvador para que la gente no se vea obligada a emigrar, y es en lo que insistimos en la carta a Biden, reiteró.
Consideró que el fenómeno migratorio requiere de un tratamiento certero y nuevo y es una necesidad ordenar el flujo evitando la violencia y garantizando los derechos humanos de esas personas y no quedarnos en las medidas de contención y menos las de carácter coercitivo.
Por eso, dijo, la necesidad inmediata de aplicar esos dos programas que ya llevamos a cabo con éxito en Chiapas con la siembra de árboles frutales y maderables en 75 mil hectáreas que dan trabajo a 80 mil sembradores.
Se puede aplicar de inmediato en Guatemala, Honduras y El Salvador en 600 mil hectáreas en total que darán empleo inmediato a 240 mil campesinos quienes no tendrán necesidad de emigrar.
El otro plan es dar trabajo como aprendices en diferentes oficios a miles de jóvenes con un salario mínimo en decenas de empresas, y en el caso de esos tres países se puede aplicar a 91 mil personas.
Totalizando las posibilidades de empleo en ambos programas, estaríamos beneficiando a 330 mil personas en solo seis meses, las cuales emigran en la actualidad por falta de trabajo, expresó.
Reiteró que México está dispuestos a cooperar con Estados Unidos y los gobiernos de esos tres países con asesoría experiencia y trabajo.
A esas medidas, dijo, se les añaden otras eficaces como un acuerdo para ofrecer a mediano plazo y de manera ordenada, visas temporales de trabajo que no perjudicarían a nadie pues Estados Unidos requiere de fuerza de trabajo adicional para su crecimiento económico en la construcción, la agricultura y otros sectores deficitarios de mano de obra.