Con más de dos décadas de protagonismo en la Liga Profesional Cubana, en circuitos de Estados Unidos y México, Ayón trasciende entre los principales lanzadores del pasatiempo nacional, dueño de 234 victorias y 148 derrotas.
Integrante de la mítica selección de los Cubanos Reyes del Azúcar y campeón en dos oportunidades de la Serie del Caribe con los Tigres del Marianao, el derecho capitalino (22 de octubre de 1936) exhibe en su palmarés la elección al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano.
Precisamente, los libros de récord y hazañas de la Liga Mexicana atesoran en sus páginas la fecha del 30 de junio de 1972, cuando Ayón propinó el segundo juego perfecto en la historia del certamen lanzando para los Saraperos de Saltillo contra Monterrey.
Seis años antes, en propio territorio de México, el 25 de junio de 1966 trabajó un partido sin hit ni carreras como local con los Pericos de Puebla frente al Jalisco.
En su andar de 14 campañas en la pelota mexicana con los conjuntos de Puebla, Jalisco, Sabinas, Saltillo, Córdoba y Nuevo Laredo inmortalizó balance de 169 éxitos y 98 fracasos, con 942 ponches y un promedio de carreras limpias de 3,15; para ser considerado entre los mejores 20 lanzadores de dicho circuito.
Tras el retiro, Ayón apostó por compartir la sabiduría adquirida en el arte de lanzar a las nuevas generaciones hasta los últimos días de su vida y las Series Nacionales de Cuba lo recuerdan como director de los Industriales de La Habana durante tres temporadas entre 1983 y 1985.
Este domingo 24 de octubre luego de varios días hospitalizado falleció en La Habana víctima de un infarto y para entonces ya su nombre ilustraba el pabellón de los inmortales del béisbol cubano.