El G7, los líderes del grupo de las 7 potencias occidentales, abrieron este domingo en Alemania su cumbre anual, centrada en la guerra de Ucrania y la perspectiva de dar una respuesta aún más contundente a Rusia.
El canciller alemán, Olaf Scholz, cuyo país ejerce la presidencia de turno del grupo, recibió a los líderes de Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia e Italia, al igual que a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al del Consejo Europeo, Charles Michel.
A través de Twitter von der Leyen declaró que «el impacto global negativo de la guerra de Rusia será el centro de los intercambios en el G7».
«El Kremlin está utilizando los alimentos como un arma de guerra silenciosa, y debemos contrarrestar la propaganda rusa sobre los precios de los alimentos y los fertilizantes. Los peligrosos juegos del hambre de Rusia son los únicos responsables de la crisis mundial de los alimentos. Las familias y los niños que corren el riesgo de morir de hambre, necesitan estos alimentos ahora. El tiempo se acaba, y la UE está trabajando en rutas alternativas para los productos agrícolas de Ucrania», declaró Charles Michel, presidente del Consejo de la UE.
Esta primera jornada está centrada en los estragos económicos derivados de la guerra, la lucha contra la inflación provocada principalmente por el sector energético, así como la crisis alimenticia que se teme precipite el bloqueo ruso de las exportaciones de trigo ucraniano.
En ese contexto, Charles Michel consideró que hace falta «menos hablar y adoptar acciones» y que la prioridad es desbloquear los puertos del Mar Negro, un ámbito en el que la UE está haciendo muchos esfuerzos para tener un acuerdo «tarde o temprano».
Un tope a los precios del crudo ruso
Michel también admitió que debatirá la idea de poner un tope a los precios de ciertos servicios relacionados con las importaciones de petróleo rusas, algo que la UE podría decidir junto con sus socios pero que requiere «prudencia».
«Confirmo que en las próximas horas discutiremos esa propuesta: poner en marcha un mecanismo técnico que tendría el efecto de poner un tope, en particular sobre ciertos servicios relacionados con el petróleo, los seguros de transporte, etcétera», dijo el presidente del Consejo Europeo en rueda de prensa.