SANTO DOMINGO. – El presidente del Tribunal Constitucional (TC) magistrado Milton Ray Guevara, y la magistrada Eunice Vásquez Acosta participaron este lunes junto al presidente Luis Abinader, la vicepresidenta Raquel Peña, la primera dama Raquel Arbaje, y la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, en honor al centenario de la coronación de la Virgen María de la Altagracia.
Al leer la proclama en el acto patriótico realizado en la Puerta del Conde, en el que también estuvieron presentes Eduardo Estrella, presidente del Senado; Alfredo Pacheco, de la Cámara de Diputados y Ramón Santos, de la Federación de Municipios, el magistrado Ray Guevara dijo que conmemorar el centenario de su coronación, realizada en 1922, es reafirmar el respeto a la soberanía cercenada por las botas interventoras extranjeras desde 1916 hasta1924.
El presidente de la alta corte sostuvo que la identidad nacional está cimentada en profundas raíces cristianas y que la fe ha sido el sustento del pueblo dominicano en cada momento de nuestra historia, marcada por la lucha constante en el camino hacia la libertad definitiva.
“Hoy, al igual que entonces, la dominicanidad se encuentra amenazada por grandes nubarrones. Que este momento de júbilo patriótico que vivimos acompañados de nuestra Madre, nos sirva de impulso para seguir construyendo una República Dominicana más democrática, solidaria, justa, soberana y unida por el bien de todas y todos”, expresó.
El magistrado Milton Ray Guevara indicó que la coronación canónica llenó de esperanza y consuelo a un pueblo oprimido, pero bravío, haciéndolo florecer y aferrarse con mayor intensidad a sus raíces y tradiciones.
“La Virgen de la Altagracia, primera advocación mariana que surge en el continente americano, ha sido un símbolo imperecedero de nuestra identidad nacional, como protectora y madre espiritual del pueblo dominicano”, destacó.
El presidente de la República, Luis Abinader, encabezó el acto de conmemoración y tuvo palabras en esta celebración de los cien años de coronación canónica de la Virgen de la Altagracia, junto a monseñor Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, delegado del papa Francisco, quien tuvo palabras de agradecimiento y entregó, como regalo simbólico, una rosa de oro, obsequio exclusivo de los pontífices, para expresar reverencia a la Virgen María.
La invocación de la actividad fue hecha por monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo metropolitano de Santo Domingo, y monseñor José Dolores Grullón Estrella, obispo emérito de la Diócesis de San Juan de la Maguana, tuvo a su cargo las palabras de bienvenida.
Además, la alcaldesa Carolina Mejía leyó la resolución de la Sala Capitular del Ayuntamiento de Santo Domingo que declara el 15 de agosto de cada año como día de regocijo municipal en memoria de la “Madre Protectora de los Dominicanos”, junto al Decreto 402-22, del Poder Ejecutivo.
