En un telegrama enviado por el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, a los obispos de la zona, Francisco se muestra «profundamente afligido al conocer las inclemencias naturales que han azotado el país en las últimas horas por el huracán Fiona, provocando numerosos damnificados y daños materiales».
También eleva sus oraciones para que el Señor «conceda su consuelo al amado pueblo dominicano, que sufre estas adversidades».
Asimismo, pide «a toda la comunidad cristiana y personas de buena voluntad, que se incremente la solidaridad para ayudar a los afectados por esta calamidad, y manifestar así la cercanía fraterna a la cual estamos todos llamados».
El huracán Fiona a su paso por la República Dominicana ha causado dos víctimas mortales, dejando a cientos de miles de personas sin suministro eléctrico, miles de desplazados y una docena de localidades incomunicadas.
Según el último boletín del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), 10.840 personas siguen desplazadas, hay 2.168 casas afectadas (613 de ellas destruidas) y unos 317.000 usuarios continúan si suministro eléctrico.
En Puerto Rico, al menos ocho muertes podrían estar vinculadas directa o indirectamente al paso del huracán Fiona, aunque todavía ninguno de los casos ha sido registrado oficialmente como causado por el desastre natural.
La magnitud de los daños ha llevado al Gobierno puertorriqueño a pedir a Estados Unidos que declare «desastre mayor» en la isla, donde hay innumerables destrozos en viviendas e infraestructura y gran parte de la población sigue sin luz ni agua.