RT.- La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) reveló que el año pasado 436 personas murieron a manos de las fuerzas de seguridad en Argentina.
‘Archivo 2022: a 40 años de democracia, es urgente una agenda contra la represión’, es el título del informe que esta organización de derechos humanos comenzó a realizar en 1996.
De acuerdo con el documento, desde que la última dictadura militar terminó, en 1983, por lo menos ha habido 8.701 víctimas fatales de la violencia institucional, que va desde casos de ‘gatillo fácil’, es decir, policías que disparan sin justificación; hasta muertes de presos en comisarías y cárceles; o de manifestantes que protestaban en las calles.
La cifra de 2022 representa un descenso respecto a 2021, año en el que se registraron 508 muertes, pero para la Correpi lo fundamental no es el conteo sino la necesidad de presionar para que cambien las políticas que permiten los abusos y delitos de las fuerzas de seguridad.
También explicó que, en los primeros tres años de Gobierno del presidente Alberto Fernández, hubo un descenso de los casos de «gatillo fácil». Sin embargo, crecieron las muertes de personas que estaban bajo la custodia de algún cuerpo de seguridad.
De esta forma, en 2022 murieron 319 personas que estaban detenidas en una cárcel o comisaría, en tanto que 80 fueron víctimas de «gatillo fácil».
«Para entender las razones de este exponencial aumento de muertes bajo custodia hay que empezar por revisar la situación carcelaria nacional y el índice de encarcelamiento», advirtió el informe.
Cifras
Entre 2001 y 2021, precisó, el número de personas privadas de libertad en Argentina creció de 34.000 a más de 100.000, pero todavía hay que sumar otras 20.000 que están en comisarías, alcaidías e institutos.