Infobae- La cantidad de migrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá podría llegar a 400.000 este año. La cifra, difundida en un informe binacional de Colombia y Panamá de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), es especialmente preocupante si se la compara con la del año pasado: unos 250.000 cruzaron la ruta en 2022.
Según las autoridades de Panamá, en los primeros meses de lo que va del año, más de 100.000 personas emprendieron el camino que marca la frontera entre Panamá y Colombia, seis veces más que las que llegaron en el mismo período de 2022. La estimación de 400.000 se cumpliría de continuar la tendencia.
Mujeres embarazadas o con bebés en brazos y niños que apenas acaban de aprender a caminar están entre quienes se lanzan a recorrer su travesía por una de las selvas más peligrosas del mundo rumbo a Estados Unidos, en búsqueda de seguridad y mayores oportunidades.
El año pasado, más de 15 niñas y niños nacieron en la selva del Darién en territorio panameño, con todos los riesgos a los que se exponen sus madres al parir durante su viaje en la selva, además de que los que nacen durante este tránsito pueden quedarse en situación de apatridia, debido a las limitaciones para acceder a registro de nacimientos.
Como apunta el informe de ACNUR y OIM, este desplazamiento forzado implica la exposición a diversos riesgos en la ruta, tales como “situación de calle, robos, asesinatos, violencia basada en género, separación de familias, a veces minas terrestres, reclutamiento, esclavitud y muerte a causa de agotamiento, enfermedades, animales salvajes y ahogamiento, sobre todo cuando se trata de trayectos largos y peligrosos”.
En Panamá, Darién es la provincia más grande y menos poblada del país.
Pero, a pesar de todo, la desesperación puede más: la operación de redes de trata y de tráfico y las expectativas generadas sobre mejores condiciones en el norte del continente siguen empujando a miles de refugiados y migrantes a emprender un nuevo rumbo por el Golfo de Urabá y el Pacífco.
Hay tres rutas principales. La primera es la de Capurganá (Colombia) – Canaán Membrillo (Panamá), más utilizada entre julio y noviembre de 2022, con una duración de 5-7 días por la selva. La segunda es Acandí (Colombia) – Bajo Chiquito (Panamá), con una duración aproximada de 3 a 5 días. Es la ruta más utilizada desde noviembre 2022. Por último, Capurganá (Colombia) -Carreto/Caledonia/Mamimulo (Panamá) es una ruta marítima con menos riesgos asociados al cruce por la selva, pero alto riesgo de naufragios debido al transporte irregular. Es la ruta menos utilizada por el alto costo.
Los días que tardan los migrantes en caminar estas rutas depende de varios factores, pero, principalmente, de si van solos o a compañados. Los que viajen solos tardarán menos, mientras que aquellos que viajen en su grupo con personas con niños, ancianos o con personas con enfermedades crónicas, la duración del trayecto es mucho más larga. El máximo registrado fue de 15 días de duración.
Giuseppe Loprete, jefe del Centro Administrativo Global y Misión OIM Panamá, destacó en diálogo con The Associated Press que muchos migrantes “han perdido la vida o han desaparecido” en el intento de cruzar la jungla de Darién. Otros, recalca, han logrado atravesarlo, pero “ahora tienen problemas de salud importantes”. “Nos preocupa que las personas que están pensando hacer esta travesía no estén al tanto de los peligros asociados a esta ruta”.