(BBC Mundo).-Todo empezó hace unos seis años con la idea de «meter rap» a los ritmos de los corridos mexicanos. Hoy es un género que ha irrumpido en la escena musical latina con enorme éxito.
Los corridos tumbados se han colocado en los primeros lugares de las listas de éxitos mundiales. La canción «Ella baila sola» llegó esta semana al lugar número 1 de la lista Billboard Global 200. Y en total, siete canciones del género están en ese ranking.
Y en el Top 50 Global de Spotify, el tema «Un x100to» que interpretan los texanos de Grupo Frontera y el puertorriqueño Bad Bunny, que también es un corrido tumbado, se ubicó en el primer sitio.
La colombiana Karol G tiene su propia tema, «200 copas», en las listas de popularidad.
Ha sido un éxito llamativo, dado que los corridos tumbados se empezaron a escuchar de manera muy local hace menos de cinco años, principalmente entre los latinos del suroeste de Estados Unidos y los mexicanos del norte del país.
«La frontera tan peculiar que tenemos con Estados Unidos, tan rica culturalmente hablando, es el lugar donde se combinan muchos géneros musicales», le explica a BBC Mundo el crítico musical mexicano Arturo Saucedo.
«Es ahí donde se da uno de los primeros gestos de los corridos tumbados, una combinación de hip-hop con instrumentos mexicanos. Los dos hablan de temas muy similares y encuentran una hermandad», añade.
Las letras de los corridos tumbados suelen hablar de temas de amor y lealtad de los amigos, pero también del consumo de sustancias, excesos, dinero y poder.
Algunos incluso retratan situaciones del tráfico de drogas o las disputas violentas de bandas.
Es algo similar a lo que hicieron el rap de gángsters de la década de 1980 en EE.UU. y los corridos del narco en México en aquellos años, pero ahora con un estilo urbano que está atrayendo a los más jóvenes.
La música «rural» de México
Los corridos son una parte importante de la historia musical de México.
Su ritmo tiene su raíz en el siglo XIX, cuando la polca fue traída por alemanes y polacos que se establecieron en el norte de México. Se hizo muy popular en los bailes de salón de aquella región.
Durante la Revolución Mexicana (1910-1917), esa musicalidad fue complementada con letras que reseñaban las gestas de los héroes del conflicto armado.
«En un país con un alto porcentaje de analfabetismo en ese momento, las noticias circulaban más a través de estos trovadores que tocaban piezas musicales y lograban contarle a la gente qué ocurría en ciertas batallas, qué ocurría con ciertos caudillos, qué ocurría con ciertos personajes», explica Saucedo.
El género fue perdiendo popularidad a lo largo del siglo XX, con el surgimiento de nuevos estilos como la balada ranchera, la banda o tamborazo, el conjunto norteño y el huapango, entre otros (a todos estos ritmos se les conoce ahora como «regional mexicano»).
Aunque los corridos seguían tocándose en las regiones norteñas de México, donde no había grandes desarrollos urbanos, no llegaban a Ciudad de México. Aquella música para muchos era «rural».
«México es un país demasiado centralista. Entonces, si no ocurre en la capital, no ocurrió en el resto del país», señala Saucedo.
Pero los corridos vieron un resurgimiento en la década de 1980 con figuras como Chalino Sánchez, Ramón Ayala o Los Tigres del Norte, entre varios grandes exponentes.
Y con el aumento de población mexicana en EE.UU., particularmente en los estados fronterizos como Texas o California, la música regional mexicana ganó más popularidad.
Los corridos tumbados, sin embargo, han roto moldes musicales.
Los corridos con «flow»
El nacimiento de los corridos tumbados tiene a varios precursores, jóvenes de alrededor de 20 años del noreste de México que ya no visten de vaquero como los tradicionales cantantes de corridos, sino con el estilo rapero.
Dan Sánchez, quien es considerado como uno de los primeros en componer este tipo de música, explica que tuvo en mente «meter el rap a las guitarras» de los corridos que eran parte de las influencias musicales con las que creció en el estado de Sonora.
Además de escuchar a los Invasores de Nuevo León, Sergio Vega y Ariel Camacho, le gustaba el hip-hop del rapero mexicano El Alemán o el estadounidense Dr. Dre.
Compuso temas como «Soy el diablo» o «El chamaquito» que eran corridos, pero «tumbados». La palabra se refiere simplemente a que son urbanos.
«Es estilo calle, pero sin decir ‘callejero’, eso ya… [está pasado de moda]», explicó Sánchez en una entrevista con el productor Pepe Garza.
Le compartió la idea a Natanael Cano, otro joven de Hermosillo que es considerado como el cantante que abrió camino a este estilo cuando nadie lo conocía: «Es la gran punta del iceberg», dice Saucedo.