Huesca, 16 Ago (EUROPA PRESS) -.
La Fundación Franz Weber (FFW), una organización suiza, ha exigido este miércoles el cierre de una escuela taurina de Huesca, apoyada por el Gobierno aragonés, para cumplir con las recomendaciones realizadas por el Comité de los Derechos del Niño de la ONU en 2018.
En sus observaciones finales, el comité, formado por expertos en protección y derechos de la infancia y la juventud, instó a España a «excluir» a los menores de la tauromaquia, incluso de la participación directa en las corridas y como espectadores.
La FFW es una fundación que aboga activamente por la preservación de la naturaleza y los paisajes, la expansión de la biodiversidad y el mantenimiento de los hábitats naturales, etc. Según la FFW, los menores de 14 años ya pueden participar en «clases prácticas» en esta escuela, donde pueden «torturar a jóvenes toros machos o hembras, donde el maltrato animal es un circuito tradicional o cultural circuito donde se justifica por interés», según la FFW. Para la Fundación Internacional Franz Weber, es «alarmante» que los gobiernos regionales utilicen recursos públicos para promover «subvenciones que permiten a los jóvenes maltratar a los animales y exponerse a riesgos médicos y sanitarios para perpetuar actividades que la población en general rechaza tajantemente».
Por ello, la Fundación Franz Weber pide la «liquidación» de la organización por su «falta de preocupación educativa y social». En cuanto a la formación profesional no reglada, la Fundación Franz Weber señala que la escuela no ofrece itinerarios profesionales «verdaderamente dignos». Asimismo, en estos cursos «se aprende a normalizar la violencia contra los animales», donde los alumnos «crean las heridas infligidas al bovino y, al mismo tiempo, son testigos de los comportamientos y gestos asociados a su evidente sufrimiento y muerte violenta».
La FFW también subraya que cuando los alumnos asisten a espectáculos taurinos, van acompañados de comentarios que refuerzan positivamente lo que ocurre en la plaza, lo que lleva a los menores a asumirlo como «normal y positivo» y «contribuye a banalizar la violencia contra los animales.»