Madrid (EFE) – Un nuevo tipo de estrella “viva” puede ser la clave para desvelar el misterioso origen de los magnetares, estrellas muertas con los campos magnéticos más fuertes del universo, distribuidas por toda la galaxia.
Utilizando telescopios de todo el mundo, un equipo internacional de investigadores ha descubierto que una estrella “viva” (HD 45166) que ha sido observada durante más de 100 años acabará convirtiéndose en un magnetar.
Los hallazgos, publicados en la revista Science, revelan la existencia de un nuevo tipo de objeto: las estrellas masivas de helio.
El Observatorio Europeo Austral (ESO) señaló que los magnetares son los imanes más potentes del universo, y añadió que estas estrellas muertas ultradensas con campos magnéticos superfuertes existen en toda la galaxia.
HD 45166 lleva observándose más de 100 años, pero tiene propiedades “misteriosas” que no pueden explicarse fácilmente con los modelos convencionales. Sólo se sabía que pertenecía a un par de estrellas ricas en helio y con una masa varias veces superior a la del Sol. Los autores principales del estudio son Tomer Schener, de la Universidad de Ámsterdam, y Julia Bodensteiner, del Observatorio Europeo Austral.
Los expertos ya habían estudiado estrellas similares ricas en helio y pensaron que el campo magnético podría resolver el misterio de esta estrella, situada a 3.000 años luz en la constelación de Monoceros.
Tras analizar y cotejar los datos, descubrieron que la estrella tiene un campo magnético “increíblemente fuerte”.
Según el observatorio, esta estrella podría proporcionar pistas sobre el origen de los magnetares. Los magnetares son estrellas compactas con campos magnéticos al menos mil millones de veces más intensos que el campo magnético de la estrella.
Según los cálculos del equipo, la estrella vivirá toda su vida como un magnetar. A medida que colapsa bajo su propia gravedad, su campo magnético aumenta y acaba convirtiéndose en un núcleo muy compacto con un campo magnético superfuerte comparable al imán más potente del universo. Los investigadores también descubrieron que la estrella tiene una masa menor de lo que se pensaba, aproximadamente el doble de la masa del Sol; que la pareja estelar orbita a una distancia mucho mayor de lo que se pensaba; y que la estrella es el resultado de la fusión de dos estrellas más pequeñas y ricas en helio.