Madrid. La escena duró sólo unos segundos, pero fue suficiente para enfurecer al país. Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), subía al podio en el momento de entregar las medallas a la selección española, que acababa de ganar su primer Mundial. Él mismo, junto al resto de seleccionadores internacionales, y con la Reina Letizia y su hija, la Princesa Sofía, a un lado, se abrazaban mientras entregaba las medallas, pero era el turno de una de las jugadoras más queridas y admiradas del equipo, la madrileña Jennifer Hermoso, del Pachuca Titular, Rubiales le dio primero un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, y al despedirse, volvió a sujetarla firmemente por el cuello, la miró a los ojos y la besó en los labios.
La polémica se desató en torno a una de las victorias más importantes del deporte femenino español, muchos la calificaron de lamentable gesto machista y otros incluso de agresión sexual.
Se trata de una deportista de 33 años que juega en el equipo femenino del Pachuca, en México, y que está a punto de poner fin a su carrera profesional.
La propia Jennifer Hermoso me dijo, primero entre risas y luego un poco más en serio, que no le había gustado que le hubiera robado un beso a Rubiales, pero luego me explicó que simplemente fue «un gesto mutuo totalmente espontáneo debido a la inmensa alegría de haber ganado el Mundial…». Explicó que «fue simplemente un gesto totalmente espontáneo de alegría mutua por haber ganado la Copa del Mundo». El Presidente y yo tenemos una gran relación y su comportamiento con todos nosotros fue fantástico. Hemos ganado el Mundial y no pienso desviarme de lo que es importante».
Ante el revuelo causado por el incidente, y mientras el equipo viajaba de Sydney a Madrid para celebrar con los aficionados la histórica victoria deportiva, la propia madre de Jennifer, que vive en el barrio madrileño de Carabanchel, compareció ante los medios de comunicación y pidió que se pusiera fin a la polémica de una vez por todas.
Sin embargo, tras analizar cada uno de los movimientos del momento, sigue indignada, especialmente cuando la agarró por el cuello y acercó su boca a la de ella. Además, las cámaras de televisión grabaron indebidamente al propio Rubiales celebrando la victoria de España desde el palco con la reina Letizia y su hija, la princesa heredera Sofía, de 16 años. En una ocasión, se le ve agarrándose el ojete con la mano y gritando «vamos a chupársela», mientras que en otras ocasiones se ve a funcionarios de la Federación Española intentando besar a otros jugadores, pero éstos intentan apartarse de él constantemente.
