Madrid, 1 Sep (EUROPA PRESS) -.
Los uniformes escolares dividen a la comunidad educativa, ya que un representante señala que pretenden acabar con la discriminación y otro asegura que perpetúan estereotipos sexistas. La vuelta al cole comienza la próxima semana y Madrid y Cataluña serán las primeras en regresar a las aulas.
Sus defensores coinciden en que llevar uniforme en las escuelas «garantiza la igualdad» y «evita la discriminación».
Llevar uniforme generaliza la ropa que se lleva. Garantiza el pluralismo y la igualdad para todos porque todo es igual. Esto hace que ir a la escuela sea menos discriminatorio. Evita gestos, lo que es bueno para el propio sistema», afirma Pedro Caballero, presidente de la Confederación Nacional de Padres de Alumnos Católicos (CONCAPA).
También señala que los uniformes son ventajosos para las familias, ‘especialmente para los adolescentes’. ‘Los adolescentes empiezan con el tema de las marcas, que al final crea ansiedad, discusiones y conflictos para la familia. Si tienen que ir uniformados, lo hacen y se acabó. Sobre todo, da seguridad a las familias».
También subrayó que abogará por «uniformes para ambos sexos y menos separación entre faldas y pantalones» para que los niños «se sientan seguros y no sufran ningún tipo de discriminación».
Por su parte, la presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos de Begoña Ladrón de Guevara (COFAPA) afirmó que los uniformes «promueven la igualdad y la equidad entre los niños». Sin embargo, señaló que los uniformes no son una «obligación», sino una «opción más». ‘Los uniformes son una opción que las familias conocen y las escuelas ofrecen, y es la familia la que elige’.
Pedro Huerta, presidente de Escuelas Católicas, también cree que los uniformes ‘facilitan’ la organización del vestuario de las familias y ‘garantizan la igualdad’. Sin embargo, afirma que «los uniformes no son un elemento educativo ni pedagógico» y que «con el paso de los años, los uniformes ya no son tan sexistas como antes».
Por su parte, Alfonso Aguilo, presidente de la Federación de Centros de Enseñanza de España (CECE), afirmó que «en los últimos años», tanto los centros educativos públicos como los privados se han mostrado «cada vez más interesados» en los uniformes porque «igualan los niveles socioeconómicos, evitan disputas por la elección de la ropa en casa, son más baratos, fomentan la pertenencia positiva y mejoran la seguridad en los desplazamientos escolares». consideran que ha habido un «creciente interés» por los uniformes en
Sin embargo, para Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras (CC.OO.), los uniformes ‘no son necesarios’ y no deberían ser obligatorios ‘en ningún colegio’. Afirmó que es «otra forma de aumentar la carga de las familias al comienzo del curso, cuando las tasas escolares ya son suficientemente altas».
También señaló que tanto los niños como las niñas «deben vestir como más les guste». Los estereotipos de género no deberían imponerse, ni siquiera en las escuelas, donde se enseña la igualdad», subrayó. En su opinión, la educación obligatoria «debería ser gratuita» y, por tanto, también deberían serlo el material escolar, los uniformes y los libros de texto.
En la misma línea, María Capellán, presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), señaló que no quiere que los niños lleven uniforme porque «le gusta el color y la diversidad» y que los uniformes significan que «todos son iguales». Por ello, no está de acuerdo con que los niños lleven uniforme y lo considera un «gasto innecesario». No veo la ventaja de que todo el mundo vista igual. Creo que cada uno es diferente y cada uno tiene que mostrar su individualidad, sus gustos y su forma de ser de alguna manera. Creo que todo el mundo es diferente y tiene que mostrar su individualidad, sus gustos y su forma de ser de alguna manera. Es difícil cuando todo el mundo parece igual», explicó.
Del mismo modo, para el Frente Estudiantil, los uniformes «refuerzan el sesgo clasista y el carácter elitista de los colegios privados y concertados». Además, sostienen que «los uniformes son otra forma de homogeneizar la estética de los alumnos y de coartar sus opciones y su desarrollo personal» e «imponen faldas a las chicas y pantalones a los chicos, reforzando los roles de género en el ámbito educativo».
«Todo esto debería hacerse», señalan, «no flexibilizando los uniformes, sino repensando su existencia como elemento de segregación, insertado precisamente dentro de un sistema educativo ya segregado».
Asimismo, señalan que los uniformes suponen una «carga económica para las familias trabajadoras» y «un gasto considerable», ya que «lo habitual son varios conjuntos». En este sentido, afirman que «la educación y todo lo relacionado con ella debería ser gratuito».
Para ello, abogan no sólo por la implantación de uniformes en los centros educativos públicos, sino también por la gratuidad de ‘todos los materiales y elementos necesarios para el desarrollo de la educación, de los que por supuesto forman parte los uniformes’.