Madrid, 13 Sep (EUROPA PRESS)-.
El Servicio de Alergia del Hospital Universitario de Torrejón constató el pasado 13 de septiembre un aumento de las consultas relacionadas con estas enfermedades de la piel derivadas del verano, pero recordó que lo que se conoce como «alergia al sol y al sudor» no tiene ningún mecanismo alérgico.
«En realidad no existe una enfermedad conocida como ‘alergia al sol’. El nombre engloba enfermedades cutáneas en las que el factor común es que la piel reacciona al sol, pero ninguna de ellas es una alergia», señala Armando Buesso, especialista en Alergología e Inmunología del Centro de Alergología e Inmunología de Trejón.
En este contexto, explica, interesan dos alteraciones dermatológicas asociadas a la exposición solar: la urticaria solar y la erupción solar polimórfica.
La primera es un cuadro de fotosensibilidad caracterizado por picor, enrojecimiento y urticaria en las zonas expuestas al sol. Aparece a los 5-15 minutos de la exposición solar y desaparece en 24 horas. La erupción solar polimorfa suele aparecer en primavera y principios de verano, afectando sobre todo a la cara y el escote, con pequeñas lesiones que aparecen a las pocas horas de la exposición solar.
«El tratamiento ideal para resolver estos cuadros son los antihistamínicos, que suelen actuar con rapidez», pero si los síntomas no mejoran, «se pueden añadir corticoides», señala el doctor Bueso.
El principal factor para evitar los efectos de estas alteraciones cutáneas es la prevención con cremas con un alto factor de protección. Si no se puede controlar la erupción solar polimorfa, se puede recurrir a la desensibilización a la luz UVA y/o UVB.
El calor y la transpiración también afectan a la salud de la piel, pero no existe alergia al sudor. Los síntomas comunes de esta afección se deben en realidad a una urticaria colinérgica. ‘La urticaria se caracteriza por la aparición de hinchazones petequiales debidas al aumento de la temperatura corporal’, explica el Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Torrejón.
En este sentido, el especialista destacó que se debe a un aumento de la sensibilidad a la acetilcolina, que aparece a los 20 minutos de la exposición al estímulo, pero puede producirse una reacción grave si el cambio de temperatura es muy severo.
También señaló que puede durar entre 30 y 60 minutos y suele limitarse al tronco y las extremidades superiores. Una vez más, el tratamiento eficaz son los antihistamínicos orales».