Madrid, 22 Sep (CHANCE) -.
Kiko Rivera vuelve a The Wild Project, uno de los podcasts más importantes del momento, para hablar más que nunca de temas personales, desde su infancia, su traumática adolescencia y la vida amorosa de Isabel Pantoja hasta cómo su madre acabó en la cárcel. Todos.
DJ reflexionó sobre Jordi Carrillo y su vida, y si algo caracteriza sus palabras es la sinceridad que mostró al tratar temas tan escabrosos como el drama que se vivió en el seno de su familia.
Kiko Rivera: ‘Mi madre no me dejó hacer nada hasta los 18 años’
‘Hasta los 18 no pude ir a la discoteca, a la vida nocturna, al cine. Si quería ir, mi madre tenía que hacer que alguien me esperara y yo tenía que coger el coche y volver a casa’.
Fue cuando mi madre estaba de gira por Latinoamérica y no tenía ni un céntimo». En aquel momento, «llamé a un colega y le dije: ‘Quiero ser independiente. Hoy he cumplido 18 años, así que puedo irme’.
Me dejó dinero y me encontré sola en una casa sin apenas dinero para comer.
Empezó a cobrarme 60.000 euros por salir a hacer fotos.
La fortuna estaba de su lado y después de muchas noches de fiesta, «un tipo me llamó y me dijo: ‘Kiko, ¿quieres trabajar?’. Su primera actuación le reportó 1.500 euros en Castellón, pero desde entonces la cantidad se ha duplicado y «empezó a cobrar hasta 60.000 euros por ir a hacer fotos».
Al cabo de un mes, el hijo de Pantoja, ahora rico, devolvió a su amigo la tarifa del loft y el infierno le visitó. Mi vida cambió a peor. Tuve problemas peores: la noche, las drogas y las mujeres. ‘Tenía todos mis vicios’, dice, ‘mi cabeza no estaba preparada para ello y lo disfrutaba, pero me creó problemas para toda la vida’.
Su fortuna estaba mal gestionada y llegó a gastar ocho millones de euros, pero su salud no se resintió por ello. Pasaron muchos meses hasta que conoció a su actual esposa, a la que considera «mi ángel de la guarda y me salvó» y que «se ha portado muy mal con mi mujer en distintas fases de mi vida».
Cantora es ahora un parque de atracciones de 400 hectáreas, antes tenía 800.
Todos sus amigos vivían en la calle, en cines y parques de Sevilla. Ahora hay 400 hectáreas, antes 800, caballos, casas típicas andaluzas, de dos plantas, todo muy rústico.
El hermano de Isa Pantoja dice: «Tuve una infancia maravillosa, lo tenía todo. Fui muy feliz, pero fui feliz en una burbuja dorada. De hecho, hoy me gustaría poder volver a esos días’, pero sin embargo confesó: ‘Me faltó amor a veces, me faltó mi padre, pero tuve el amor de mi abuela. Si había algo que quería dejar claro, no era que ‘soy infeliz por mis problemas familiares’.
‘Diego Gómez fue una figura paterna para mí’.
Por ejemplo, sobre Diego Gomes, la ex pareja de la anterior madre de Julián Muñoz. ‘Conocí a mi madre con dos parejas, con una de las cuales, Diego Gomes, sigo manteniendo una relación.
Se han separado. Estoy muy triste porque amaba a ese hombre’.
Tras Diego, aparece Julián y Kiko no reconoce a Tonadirella. ‘Empezó con Julián Muñoz y ahí cambió mi madre’. Ese año, DJ se fue al internado y ‘vi en la tele que mi madre tenía otra pareja’.
‘Cuando estaba con Julián Muñoz, mi abuela no hablaba nunca con mi madre. Cuando la llamé, me dijo: ‘Tu madre ha muerto'».
Cuando se enteró de la noticia, ‘llamé a mi abuela y le pregunté si le había dicho algo a mi madre en ese momento’.
A través de sus amigas me dijo dónde estaba y fui a ver a Julián a Marbella’ Julián ‘siempre me respetó y me trató muy bien'».
Kiko dijo: ‘Vi muchas cosas en la tele y dije: ‘Aquí va a pasar algo’. Pero el hombre me habló y fue amable, simpático y educado. Mi madre estaba encantada», reveló, hasta que ese invierno regresó a Sevilla con su abuela, «y empezaron a pasar cosas que en la tele no me importaban, y me volví a ir con mi madre».
Mi madre quería a Julián como a un burro.
Sin embargo, cuando detuvieron a Julián, su madre sabía que aquello le iba a salir por un ojo de la cara. ‘Ese día, mi madre apareció en el programa de la presentadora, donde conoció a otra madre’.
El marido de Irene Rosales contó a Jordi Carrillo: ‘A raíz de eso, se deprimió muchísimo e ir a ver a Cantora era un calvario.
‘Cuando me desperté y vi que mi madre había ingresado en prisión, volví a las drogas.
Empezaron a correr rumores de que mi madre iba a ir a la cárcel, pero ella nunca lo dijo, decía ‘esto no va a pasar’ meses y días. Cuando me desperté, mi madre había ido a la cárcel».
En ese momento, confesó Kiko, «se me vino el mundo encima y volví a las drogas». Unas palabras demoledoras que relatan con un detalle sin precedentes las vivencias de su infancia, adolescencia y los problemas judiciales de su madre que han quedado grabadas en su mente.