Roma, 27 sep (Prensa Latina) Un terremoto de magnitud 4,2 en la escala de Richter sacudió hoy a las 03:35 horas la sureña región italiana de Campania, afectando a la ciudad de Nápoles y otras zonas, aunque no hubo víctimas ni daños materiales de consideración.
Según un informe publicado el miércoles por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), el epicentro se situó en la zona de Bagnoli de Nápoles, en el límite con la ciudad de Pozzuoli, con una profundidad de 3 km y unas coordenadas de latitud 40,8170 y longitud 14,1560.
Mauro Di Vito, director del Observatorio del Vesubio del INGV, declaró que el fuerte temblor formaba «parte de la lenta dinámica sísmica que se ha ido acelerando ligeramente en los últimos días» y que «este proceso continúa y el ritmo de levantamiento del terreno está aumentando ligeramente».
El seísmo de magnitud 4,2 «forma parte de un grupo de seísmos que comenzó a las 5 de la mañana de ayer y se caracteriza por 60 seísmos de menor intensidad», dijo Di Vito, añadiendo que el martes por la tarde se registraron temblores menos intensos de magnitudes 2 y 2,2, con Campi Flegrei como epicentro. señaló.
Entre los municipios más cercanos al epicentro se encuentran Pozzuoli, Bacoli, Quarto, Nápoles, Monte di Procida y Marano, dijo el experto, quien añadió que «la dinámica de Campi Flegrei está constantemente monitorizada por la red de vigilancia del observatorio del Vesubio, que está en estrecho contacto con la Protección Civil». Estamos en estrecho contacto con el Departamento de Protección Civil», declaró.
‘En estos momentos, no hay elementos que sugieran una evolución significativa del sistema a corto plazo, pero en el futuro, si cambian los parámetros sismológicos, geoquímicos y de deformación del terreno monitorizados, el escenario de amenaza podría evolucionar de forma diferente’.
En los últimos días, Giuseppe Mastrolenzo, vulcanólogo del INGV, habló del peligro de una supererupción del Vesubio debido a un enjambre de terremotos.
Según Mastrolenzo, la energía liberada sería «decenas de veces superior» a la de Pompeya en el 79, que destruyó la ciudad, y advirtió que «dar por hecho que podemos predecir una erupción incluso con 72 horas de antelación es una hipótesis grave y muy optimista, como si hubiéramos hecho un contrato con el volcán».
Sin embargo, Francesca Bianco, directora del INGV, aclaró que no había indicios de una erupción inminente, afirmando que «estamos observando eventos sísmicos lentos inducidos indirectamente por la dinámica volcánica y ninguno de los datos indica que sean precursores de una erupción».
