Miami, EE UU. — Mi salario es de 1.528 pesos cubanos. No hay medicinas en la farmacia, así que las compro bajo la cortina. Hay muchas cosas que necesito, pero sé que no puedo resolver el problema”. Esta es la dura realidad de Nancy Liscano Betancourt, una mujer de 63 años que apenas vive con su madre, Consuelo Betancourt (84).
Residente en la zona Juanita de Camagüey, Nancy sufrió un accidente laboral cuando sólo tenía 20 años. Como consecuencia, sufre parálisis en el lado derecho. También padece diabetes e hipertensión.
Lleva tiempo pidiendo a las autoridades una subvención para reparar su casa. La respuesta ha sido siempre negativa.
La casa era de madera y estaba a punto de derrumbarse. Fui a La Habana para que la repararan. Pero cada vez que pido un subsidio para poner dos cuartos y un piso, me dicen que no tienen los materiales y que hay casos peores que el mío’, dijo Nancy a Cubanet.
Nancy dijo que le explicó su situación muchas veces a la trabajadora social que la atiende. Lo único que quiere es permanecer en una vivienda segura y no tener que evacuarla por lluvias o inundaciones.
Los trabajadores sociales dicen que hay casos peores que el mío, que no tienen materiales, que no tienen con qué arreglar los platos. No pido lujos ni nada, pero al menos un techo en mi casa para no tener que evacuar’, declaró a este periódico.
Los servicios médicos tampoco están garantizados, ya que el llamado sistema de atención primaria de la ciudad de Nancy no funciona.
Nancy se lamenta: “Hace un mes, mi hemoglobina estaba siempre baja, así que llamé a un médico, pero me dijo que no había médico, que al médico le había dado un infarto y que no había médico en la clínica”.
Nancy Liscano Betancourt afirma que los 1.528 CUP que recibe de su chequera no le alcanzan para nada, ‘ni para medicinas, ni para comida’, y actualmente no recibe asistencia social.
Antes recibía ayuda, pero ahora no”. Antes recibía ayuda, pero ahora no. Tengo una hija, pero ella tiene dos hijos que no viven conmigo. Para colmo, el frigorífico de Nancy tiene la puerta rota.
