WASHINGTON (AFP) – Los fabricantes de 10 medicamentos para tratar enfermedades graves que fueron seleccionados para negociar los precios con el Gobierno estadounidense a principios de año han aceptado participar en las negociaciones para reducir los precios de los medicamentos, según informó el martes la Casa Blanca.
Los fármacos seleccionados incluyen tratamientos para los coágulos sanguíneos, la diabetes, las cardiopatías, la psoriasis y los cánceres de la sangre.
El Gobierno federal pretende negociar los precios de los medicamentos cubiertos por Medicare, el seguro médico estadounidense para mayores de 65 años.
La histórica Ley de Reducción de la Inflación (IRA), un importante proyecto de transformación energética y reforma social promulgado el año pasado por el Presidente Joe Biden, permitirá a Medicare empezar a negociar los precios de los medicamentos por primera vez en sus casi 60 años de historia.
En virtud de la ley, el gobierno federal limita inicialmente la negociación de precios a sólo 10 medicamentos, pero podrá ampliar el programa en los años siguientes.
Según un estudio de la RAND Corporation, Estados Unidos paga por término medio 2,5 veces más por los medicamentos de venta con receta que otros países industrializados.
En total, los 10 artículos negociados pagarían 3.400 millones de dólares a casi 9 millones de afiliados a Medicare en 2022″, dijo la Casa Blanca en un comunicado el martes.
Entre ellos figuran Farxiga, de AstraZeneca, utilizado para la diabetes y la insuficiencia cardiaca; Imbruvica, de Pharmacycle, para tratar los cánceres de sangre; y el anticoagulante Eliquis (apixaban), utilizado por más de 3,7 millones de beneficiarios de Medicare.
El Gobierno de Biden no ha precisado las reducciones de costes concretas, pero espera reducciones de precios “significativas”.
El Presidente ha declarado que uno de sus principales proyectos es reducir los precios de los medicamentos, y ha declarado que se enfrentará a “Big Pharma”, que se refiere a los grandes grupos farmacéuticos, al tiempo que ha sido criticado por la oposición por la elevada inflación.
Cuando se aprobó la ley, varios grupos farmacéuticos emprendieron inmediatamente acciones legales. Sin embargo, su negativa a participar en las negociaciones les expuso a amargas consecuencias, incluidas sanciones fiscales.
En un comunicado el martes, el grupo Amgen subrayó que creía que el programa era “ilegal e impediría el progreso médico”, pero sólo aceptó negociar “porque se había fijado un plazo legal”.
Del mismo modo, Novartis afirmó que las negociaciones eran la “única opción viable”. Si no hubiera aceptado negociar”, afirmaron, “Novartis se habría expuesto a multas excesivas y onerosas”.
Un portavoz de Johnson & Johnson, que tiene dos medicamentos, dijo que la empresa sigue ‘creyendo que las medidas de fijación de precios de los medicamentos de la IRA tendrán un impacto negativo en el ecosistema de la innovación’.
Por su parte, la farmacéutica danesa Novo Nordisk afirmó que el plan del Ejecutivo “no es el enfoque correcto”, pero “se ajusta a la ley”.
Novo Nordisk anunció su recurso el viernes, alegando que el plan de control de precios era “inconstitucional”.
Merck, por su parte, presentó una denuncia en junio, calificándolo de “extorsión”.
Medicare tendrá que negociar los precios de hasta 60 productos en los próximos cuatro años, más otros 20 cada año.
Los cambios de precios para los 10 medicamentos actualmente implicados no entrarán en vigor hasta enero de 2026.
