«Vayan de dos en dos y prediquen el Evangelio al mundo. Al entrar a la casa, saluda: «La paz esté contigo.»Si no los recibes, sacúdete el polvo de tus sandalias y ten paz contigo.»·
Parece perturbar y preocuparme por lo que dije: quítame la paz. Sin embargo, se supone que llevar la palabra de Dios completamente escrita en el evangelio de amor dado por el Maestro Jesús se basa en una paz real y duradera.
La historia de la humanidad se divide en 2 períodos antes y después de Cristo. Antes de Cristo hubo una marcada ruptura moral en todos los niveles de la sociedad, una marcada pérdida de valores humanos, y con el advenimiento de Jesús, Su pasión, devoción y muerte, Jesús, con su impronta evangélica, dio impulsos cristianos. Sembró las semillas del amor, y hoy en la misma práctica del evangelio es la cosecha de frutos. Jesús conocía de antemano la carga moral y sacrificial impuesta al hombre por los Diez Mandamientos de los 10 Mandamientos. Y en síntesis, lo redujo a dos, al prójimo como a sí mismo, amando a Dios sobre todas las cosas. Sabía que esto resumía todo el amor, se aplica a Dios y al prójimo, afecta al mismo ser en la dicha.
Hoy nos alejamos de todo lo que Jesús pronunció al mundo y a Sus discípulos. Hoy, alejándonos de las suposiciones de amor y servicio, estamos construyendo egoísmo y distorsionando el llamado a amarnos unos a otros como yo los he amado. Hoy, Jesús nos recuerda que el trabajo y la práctica son hoy, no es una erudición, es un verdadero servicio a los más pobres y con amor nos recuerda que debemos ser coherentes en lo que predicamos y observamos como acciones y hechos. Hoy, necesita un trabajador de la luz que haya aceptado y levantado su mano para apoyar la obra de salvación y redención. Si estamos inscritos, vamos, es hora de predicar activamente, con práctica confiable, el Evangelio del amor.’.