Estados Unidos negocia con Egipto la reapertura parcial del paso fronterizo de Rafah y con Israel la garantía de refugios seguros para los residentes palestinos dentro de Gaza.
Tras un ultimátum israelí, miles de gazatíes abandonaron la ciudad de Gaza: más de un millón de residentes de la Franja septentrional tenían 24 horas para hacer las maletas y marcharse antes de que se lanzara una operación punitiva sin precedentes contra Hamás.
Esta orden de evacuación «poco realista» desencadenó una cadena de críticas de la comunidad internacional, en palabras de un alto diplomático europeo.
La ONU advirtió de «consecuencias humanitarias devastadoras». Estados Unidos negocia con Egipto la reapertura parcial del paso fronterizo de Rafah y con Israel la garantía de un espacio seguro para los palestinos dentro de Gaza.
Desde el pasado sábado, cuando miles de milicianos de Hamás perpetraron el mayor ataque terrorista de la historia contra Israel, matando a más de 1.300 personas y secuestrando a otras 100, la vida es un infierno dentro de la Franja de Gaza, con bombardeos día y noche.
Israel ha movilizado a más de 300.000 reservistas y prepara una operación terrestre sin precedentes para erradicar a Hamás de la Franja, donde viven más de dos millones de personas.
Los bombardeos contra presuntas infraestructuras de Hamás han causado ya 1.800 muertos, entre ellos cientos de niños, y más de 6.000 heridos en el lado palestino.
La ira popular palestina también ha llegado a Cisjordania, donde se han producido varios enfrentamientos entre militantes palestinos y fuerzas israelíes. Al menos nueve palestinos resultaron muertos. También hubo enfrentamientos con la policía en Jerusalén».
