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Muchos dominicanos están perdiendo sus empleos en el proceso de cambio

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Muchos dominicanos están perdiendo sus empleos en el proceso de cambio Cuando se trata de especies, Darwin dijo al principio de la evolución. Sólo sobreviven los mejores". La innovación en materi.

Muchos dominicanos están perdiendo sus empleos en el proceso de cambio

Cuando se trata de especies, Darwin dijo al principio de la evolución. Sólo sobreviven los mejores”. La innovación en materia laboral dominicana ha dejado a cada vez más personas sin la oportunidad de participar en actividades productivas debido a deficiencias estructurales atadas al pasado. Si los estándares educativos no se ponen a la altura de los tiempos, el desempleo y el subempleo mal remunerado ‘tomarán el relevo’, y el 85% de las empresas dominicanas sufren escasez de trabajadores cualificados.

La competitividad tiende a estancarse en todo el país, lo que dificulta la inversión y el crecimiento de la demanda de mano de obra. El sistema educativo es un problema importante, ya que excluye a muchos dominicanos de una formación adecuada, tras los escasos frutos del 4% del PIB gastado en educación. Los empresarios también se ven obligados a contratar a trabajadores que no tienen los conocimientos suficientes para aumentar la productividad y la rentabilidad en beneficio propio y de sus empleados.

Puede leer la agenda del Presidente Abinader para este viernes.

Gilbert Haungbo, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), acaba de afirmar que en República Dominicana una de las mayores preocupaciones globales es la precarización del trabajo, que aleja a los trabajadores de la protección social. Su diagnóstico para la República Dominicana: hacen falta mecanismos para proteger a los empleados de las pequeñas y medianas empresas. Son los medios de producción más pequeños los que crean más puestos de trabajo en el mundo. No proteger a las PYME contribuye a la pobreza y al desempleo.

La “buena noticia” de que la inflación bajará al 4,00% a finales de año, el nivel más bajo desde julio de 2020, significa poco desde una perspectiva social. Porque aunque la subida de la inflación perdiera intensidad, los ingresos mínimos y medios de la mayor parte de la población no cubrirían satisfactoriamente los distintos niveles del coste de la vida que no tienen marcha atrás y alejarían del consumo a gran parte de la población. La mala calidad de la formación aumenta el desempleo.

La falta de una normativa que proteja a los empresarios y a los empleadores de bajos ingresos, que la OIT condena implícitamente, ha sido denunciada esta semana por el sector minorista de la alimentación.

Afirman que están sufriendo grandes pérdidas por la falta de leyes comerciales que restrinjan geográficamente la aparición de comercios masificados. Las “megatiendas” perjudican a los comercios más pequeños porque no hay límites a las distancias entre tiendas, y en este sentido abogan por tomar como ejemplo a Estados Unidos, donde hay normas firmes que impiden que los grandes comercios devoren a los más pequeños, cerrando el paso al dominio y al monopolio por parte de poderosos nombres comerciales.

Los minoristas afirman ser mayores proveedores de empleo que los megacompetidores, como es lógico dada la infinita proliferación de tiendas de comestibles. Recordaron que, durante la pandemia, “prestaron servicios ilimitados sin tener en cuenta el riesgo de contraer el temido virus”.

Del mismo modo, representantes del sector farmacéutico y pequeños proveedores de medicamentos denunciaron esta semana que la República Dominicana es “un país atrasado en la regulación de la industria farmacéutica”. Esto permite a las grandes empresas del sector distorsionar los mercados y los precios, en detrimento de las farmacias independientes repartidas por todo el país que prestan servicios vitales a las comunidades locales y dan trabajo a la población. Por aquel entonces, la “inseguridad educativa y técnica de la mano de obra de Dominica” empezó a dejarse sentir en el país, y la redactora económica Carmen Carbajal predijo que la escasa disponibilidad de mano de obra cualificada disuadiría a las empresas de invertir en nuevas tecnologías y “reduciría la competitividad del país” en los acuerdos de libre comercio.

Citando un estudio del Banco Mundial, señaló que los inversores extranjeros consideran que la mano de obra de Dominica es competitiva en costes, pero que las cualificaciones de sus trabajadores, esenciales para el éxito, ofrecen pocas ventajas en términos de calidad en comparación con otros países.

De hecho, la Evaluación de la Competitividad Comercial y Laboral aplicada a la reducción de la pobreza en la región a la que pertenece la República Dominicana estableció que el perfil medio de la mano de obra local no satisface la demanda de las industrias manufactureras y de servicios de alto valor añadido.

A la luz de estos resultados, se emitió un mensaje urgente dirigido a la economía dominicana en el sentido de que “una mayor disponibilidad de mano de obra cualificada creará incentivos para que las empresas inviertan en nuevas tecnologías que requieren competencias cualificadas, para lo cual son insustituibles las mejoras educativas de base amplia, incluido el pleno acceso a la enseñanza secundaria”.

Se espera que la introducción de programas informáticos que imitan el comportamiento humano y los patrones de aprendizaje tenga un impacto devastador en sectores de rendimiento como los centros de llamadas, que se han expandido recientemente en la República Dominicana. Sin embargo, esta nueva innovación tecnológica y eficiente está poniendo en peligro la supervivencia de miles de puestos de trabajo al hacer que los empresarios se den cuenta de que pueden tener una ventaja sobre los humanos a la hora de prestar servicios de atención al cliente sin el coste fijo adicional de los salarios. La automatización de las cadenas de producción ya ha deshumanizado la fase de industrialización en muchos ámbitos.

La tecnología que permite liberar a las personas de determinados servicios laborales creará nuevos sectores ocupacionales como consecuencia de los avances que aporta, por lo que la OIT defiende que “es esencial promover el desarrollo de competencias y el aprendizaje técnico profesional para adoptar la innovación tecnológica y aumentar la productividad”. La OIT ha afirmado que la “inteligencia artificial” es un “elemento clave para el desarrollo de la mano de obra”.

La propia inteligencia artificial está siendo utilizada por los planificadores de perfiles de producción para predecir la destrucción salarial que se producirá en cajeros, dependientes de supermercado, trabajadores de la industria manufacturera, conductores de camiones y repartidores y, sobre todo, operadores de telemarketing y cajeros de banco “con pulmones”. Están siendo utilizados. Las ondas dominicanas transmiten ingentes cantidades de “spots” publicitarios destinados a eliminar la necesidad de acudir en persona a las sucursales bancarias (las sucursales están destinadas a desaparecer) y a que baste con pulsar una tecla desde casa o sin bajarse del coche. En países como Chile, la población de antiguos banqueros supera a la de los que siguen ganándose la vida en el sector financiero.

El Instituto Nacional de Tecnología de Santo Domingo (INTEC) ofreció su propia perspectiva sobre este dilema en un reciente desayuno del Listín Diario, donde el INTEC está llevando a cabo una serie de estudios en curso para prepararse para el futuro venidero e idear soluciones a los problemas que se interpondrán en el camino.

Un reciente estudio del Banco Interamericano recordaba que la economía dominicana creció durante 17 años, pero sin ninguna contribución significativa de las ganancias de productividad basadas en la capacitación de los recursos laborales. Se ha producido un crecimiento envidiable a pesar de que la excelencia laboral sólo aportó el 0,2%. Falta el imprescindible perfeccionamiento técnico y profesional de los recursos humanos.

El 35% de las empresas latinoamericanas y caribeñas no cuentan con trabajadores cualificados para sus procesos industriales, un reto que la región debe superar para hacer frente a los efectos encubiertos de la guerra entre Rusia y Ucrania y a los fluctuantes flujos comerciales de materias primas, espoleados por la falta de inversión en infraestructuras … está poniendo a prueba a la región”. Según un informe del Banco Mundial.

En la República Dominicana, “el empleo ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia, pero las tendencias cambiantes del comercio internacional están obligando a las empresas a ubicarse más cerca de los destinos comerciales”. A diferencia de China, la gran fábrica de estadounidenses, el gran mercado norteamericano está ahí mismo. Pero sacarle más partido dependerá de la introducción de innovaciones tecnológicas, de una mejor gestión de la producción, de la formación de la mano de obra y de la modernización de la maquinaria que se ha quedado atrás”.

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