El barril de crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI), con vencimiento en noviembre, subió un 1,18%, hasta 89,37 dólares.
La reacción del mercado a un posible aumento de las exportaciones venezolanas fue débil y no compensó los temores a un empeoramiento de la situación en Oriente Próximo.
El crudo Brent para entrega en diciembre subió un 0,96%, hasta 92,38 dólares el barril.
El WTI (West Texas Intermediate) estadounidense para entrega en noviembre subió un 1,18%, a 89,37 dólares el barril.
El precio del oro negro había caído inicialmente tras el anuncio el miércoles de un alivio parcial de las sanciones estadounidenses contra Venezuela.
Washington decidió volver a autorizar las compras de petróleo venezolano por un periodo de seis meses.
La decisión se produce tras el acuerdo alcanzado el martes entre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición para celebrar elecciones presidenciales a finales de 2024.
Sin embargo, los analistas dijeron que el alcance del impacto de la medida sobre el petróleo era aún incierto.
‘Si todo va mal en Oriente Medio, no será la pequeña cantidad que Venezuela saque de su envejecida infraestructura lo que compense la posible interrupción del suministro desde el Golfo’, dice Stephen Shook, del Schork Group.
El alivio que el petróleo de Venezuela podría proporcionar al mercado sería insignificante.
El mercado teme que se recrudezca la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás, junto con una posible implicación iraní.
Si se interrumpe el Estrecho de Ormuz, única salida para varios grandes productores de petróleo, “podría probarse una vuelta a los máximos del año pasado (139,13 dólares del Brent en marzo de 2022) y un récord en torno a los 150 dólares (147,50 dólares en 2008)”, añadió Stephen Shook.
