Lucha de resistencia entre los dos países por el agua del río Masacre
La historia de la lucha por el agua del río Masacre comienza con el Tratado de Paz, Amistad Permanente y Arbitraje entre la República Dominicana y Haití en 1929.
Desde entonces, se ha librado una larga batalla por el agua de este afluente, también conocido como río Dajabón. La paz y la amistad de aquel acuerdo, que hace honor a su nombre «Masakule», es papel mojado.
En 2021, dos meses antes del asesinato del entonces Presidente Jovenel Moise, la vía fluvial volvió a ser noticia cuando los dos países declararon que cooperarían en varios frentes para «garantizar la gestión sostenible de la cuenca transfronteriza y el buen uso de la vía fluvial bilateral».
Orígenes, logística y padrinos de las bandas haitianas
Un informe de la Fundación Zaire, presidida por el ex cónsul haitiano en República Dominicana Edwin Paraison, sostiene que existe una responsabilidad compartida en esta crisis bilateral, en la que se cometieron errores por parte dominicana y haitiana, y que a partir de ellos y de las lecciones aprendidas, ambas partes deben volver a la mesa de diálogo con la humildad necesaria. Paraison explicó que «una de las cosas más fáciles de hacer, sin necesidad de exponerlo a nivel internacional, como la Asamblea General de la ONU o la Organización de Estados Americanos, es hacer una visita conjunta de técnicos haitianos y dominicanos después del 2021.»
Llama a reflexionar y revisar cómo se puede implementar esta ruta crítica de gestión bilateral. Durante una reunión celebrada en el Ministerio de Asuntos Exteriores ese mismo año, las partes firmaron un documento titulado «Declaración Conjunta». Además, se decidió crear una mesa técnica, ahora llamada «Mesa del Agua», en la que también se estipulaba que se podría solicitar asistencia técnica internacional si se apoyaba el referéndum.
Esta lucha, esta prueba de resistencia es la misma en ambos lados porque sabemos que hay interdependencia entre los dos países», explica.
Cada país busca soluciones alternativas a este problema de mercado bilateral. En la Fundación decimos que lo más fácil es volver a la mesa de diálogo. Este es un principio clave en el diálogo dominico-haitiano: cada uno debe ponerse en el lugar del otro y llegar a soluciones aceptables para garantizar una buena convivencia entre haitianos y dominicanos’.
Haití intenta encontrar otros socios comerciales. Haití recibe mucho arroz y otros productos de Miami.
Para Haití, en primer lugar, porque actualmente hay inflación en los precios de los productos de primera necesidad, lo que conduce a la hambruna. Debemos hacer todo lo necesario para que este comercio, con su tradición histórica, no se vea afectado de esta manera’.
En 2021, el difunto presidente Jovenel Moise inició la construcción del canal, pero tras su muerte el proyecto quedó en suspenso; en agosto de 2023, el canal fue reabierto. Esto se debió a que algunos grupos de la comunidad campesina se dieron cuenta de que necesitaban trabajar más para completar lo que Moise había empezado.
Por otro lado, un grupo privado de comerciantes de arroz haitianos formó una especie de alianza tácita con los campesinos. Esa zona es arrocera y los empresarios haitianos necesitan sus productos. En este contexto, el Presidente de la Fundación Zaire se pregunta. ‘Si los agricultores no tienen agua para regar sus granjas, ¿cómo van a obtener sus productos?