Estados Unidos quiere que una Autoridad Palestina reformada gobierne Gaza
Mientras Israel entra en la segunda fase (de cuatro) de su programa militar en Gaza, el Departamento de Estado de EEUU intenta configurar el futuro de Gaza de forma que no altere el equilibrio en la región. Su responsable, Antony Blinken, se opuso el miércoles al reasentamiento de la población en Egipto y a la reocupación por las fuerzas israelíes. En respuesta a la insistencia del primer ministro israelí Netanyahu en que Israel se haría cargo de la seguridad en Gaza indefinidamente, Blinken afirmó que este periodo debe ser transitorio.
Si el Primer Ministro Netanyahu parece insinuar que la valla de Gaza se mantendrá como una especie de campamento, Blinken señaló que Gaza debería integrarse en Cisjordania bajo la Autoridad Palestina (ANP), que sigue encabezando el Primer Ministro Mahmoud Abbas. De no ser así, debe aplicarse un acuerdo provisional en el que participen otros países y organizaciones internacionales.
Por supuesto, esto es más fácil de decir que de hacer. Por no mencionar el hecho de que no se menciona la opinión de los residentes de Gaza. Los residentes de Gaza llevan un mes sometidos a bombardeos diarios y, sin embargo, nadie ha invocado las obligaciones de Israel en virtud de la IV Convención de Ginebra, que prevé la protección de los civiles ocupados, ya que la tierra, el mar y el espacio aéreo de Gaza están bajo jurisdicción israelí.
Mahmoud Abbas y Hussein al-Sheikh, secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), respondieron que la ANP podría tomar el control de Gaza si Estados Unidos presionaba a Israel para que tomara una decisión política global que incluyera Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Esto significa abordar todo el problema palestino, no la Gaza posterior a Hamás, que incluso el Pentágono ve como una ilusión si se prolongan los bombardeos.
Mustafa Barghouti, líder palestino de la Tercera Vía (contra Fatah y Hamás) al que se escucha demasiado poco, lo expresa así: hablar de tutela externa de la Franja de Gaza da legitimidad a la ocupación israelí y El objetivo es liberarles de su responsabilidad y transferirla a otro actor. Ese otro actor incluye a Egipto, cuyo presidente al-Sisi se ha negado no sólo a aceptar refugiados (circulan acusaciones de que Israel pretende expulsar a los residentes de Gaza), sino también a hacerse cargo de la seguridad en Gaza hasta que lo haga la ANP. Tampoco quiere tropas internacionales estacionadas en la frontera. Esta es una idea que la ANP ya manejó durante la guerra de 2008-2009. La diferencia es que la interpretación de entonces era que Israel quería un Hamás desarmado, lo que seguiría sirviendo a sus propios intereses al impedir la llamada unidad nacional palestina. Hoy, Israel ha declarado la desaparición de Hamás. En medio de la actividad diplomática de Blinken, el portavoz del gobierno israelí Eilon Levy dijo
Sea lo que sea, es veneno para la ANP ocupar Gaza sin nada a cambio. Mahmud Abbas tiene 88 años, casi 20 en el cargo, y no sólo no es de fiar. En los últimos años han aumentado los asentamientos judíos ilegales en Cisjordania, con puestos de control, detenciones y todo tipo de restricciones, y la construcción del Muro de Jerusalén; la ANP, creada por los Acuerdos de Oslo de 1992 entre Rabin y Arafat, sólo tiene autoridad administrativa sobre una fracción de los territorios ocupados, e incluso su fuerza policial está Incluso su fuerza policial está subordinada al ejército israelí. No tiene ningún poder real.
La propuesta de Antony Blinken es una vuelta al pasado. Pero hay trucos: en 2005, Ariel Sharon evacuó a los colonos de Gaza (dejando atrás las barreras y el control militar externo, incluidos los globos de amarre equipados con cámaras (más tarde sustituidos por drones)) y entregó su administración a la ANP; en 2006, Hamás ganó las elecciones palestinas (no se celebraron otras elecciones). En 2007, Mohamed Dahlan, jefe de seguridad de la ANP en Gaza, supuestamente intentó dar un golpe de Estado con la ayuda de Israel, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos (enemigos de los Hermanos Musulmanes, de donde procede Hamás), pero Hamás lo frustró. Se derramó sangre y los hombres de Fatah huyeron. Mohamed Dahlan se fue a Abu Dhabi.
Desde entonces, Dahlan habría desarrollado negocios y muchos contactos, manteniendo el apoyo de emiratíes, estadounidenses, egipcios e israelíes. Dahlan nació en Jan Yunis hace 62 años y ahora intenta regresar con dinero, incluida ayuda humanitaria. Ha habido rumores en las últimas semanas, y la revista The Economist ha presentado un retrato providencial de un hombre habitualmente visto como un conspirador, que fue expulsado de Al Fatah en 2016 y juzgado en rebeldía por corrupción por un tribunal palestino. Es posible que Blinken se refiriera a él cuando habló de una ANP reformada para ocuparse de Gaza. No parece una idea muy democrática, pero ¿a quién le importa?
