Si bien es cierto que los sondeos de opinión son instantáneas sociológicas de un momento en el tiempo, también es cierto que los sondeos de opinión muestran tendencias en el proceso electoral en curso.
Los sondeos de opinión examinan lo que piensa el público sobre los partidos políticos, los candidatos y productos específicos. Los avances de la ciencia y la tecnología han hecho que el margen de error de los sondeos de opinión sea cada vez menor.
Todos los partidos políticos encargan encuestas, al igual que sus candidatos, para determinar su posición en el mercado electoral. Los partidos políticos son marcas y deben protegerse, promocionarse y comercializarse entre el electorado del mismo modo que los candidatos.
Lo mismo ocurre con los detergentes, el aceite y otros productos. Todo lo que no se promociona a través de la radio, la televisión, la prensa y las redes sociales no se puede vender. Pero el trabajo requiere una estrategia de comunicación y un plan de acción.
Hay encuestas laborales y políticas para promocionar a determinados candidatos, creando percepciones que no son necesariamente reales. Son las llamadas encuestas de carpeta o de despacho, que carecen de rigor científico y fiabilidad.
Algunos expertos afirman que se realiza otra encuesta falsa contra la verdadera para desacreditar la primera. Este método se utiliza mucho en lo que se conoce como guerras de encuestas, que tienden a confundir a los votantes.
En particular, si se observan los porcentajes de Leonel Fernández, no llegan ni al 30 por ciento, y si se observan los porcentajes de Abel Martínez, no llegan ni al 20 por ciento. Por el contrario, Abel Martínez ni siquiera alcanza hoy el 10%.
En otras palabras, la victoria de Abinader parece segura. Algo muy grande tendría que ocurrir para revertir la posición del jefe de Estado. Algo fuera de lo común, una catástrofe o tragedia, una crisis inimaginable.
Si se mantiene la estabilidad macroeconómica, el récord de reservas de divisas, la reducción de la pobreza y el coste de la vida, un aumento espectacular del turismo, una zona de libre comercio y la seguridad, la victoria está asegurada.
Para añadir, Abinader es un trabajador incansable, un político responsable, que nunca se toma vacaciones, nunca falta un fin de semana, nunca comete un error importante y siempre dice la verdad, con seguridad y sin demagogia. Esto hace que sea difícil pillarle en un error garrafal.
