Esta mujer, que llevó tacones de aguja hasta los 80 años, sigue maquillándose y tratando sus arrugas a diario.
Antes se burlaban de ella por maquillarse meticulosamente para ir a trabajar tan temprano. Pero ahora todo el mundo se alegra por la centenaria japonesa Tomoko Horino, que ostenta el récord de asesora de belleza más anciana del mundo.
La Sra. Horino, que entró en el Guinness de los Récords en agosto, declaró a la AFP.
En los años sesenta, en su pueblo de la prefectura nororiental de Fukushima, los vecinos pensaban que trabajaba en un bar de alterne.
Pero ninguna azafata se levanta cuando sale el sol y vuelve cuando se pone”, ríe.
Nacida en abril de 1923, se casó muy joven con un funcionario local y vivieron juntos hasta la muerte de su marido hace 16 años, un matrimonio que hoy admite que fue un error.
Nació en el seno de una familia muy rica y gastó dinero en innumerables ocasiones. Se gastaba todo su sueldo invitando a colegas a cenar y a tomar copas, recuerda.
Para llegar a fin de mes y criar a sus tres hijos, Horino se puso a trabajar.
A los 39 años empezó a trabajar como vendedora a domicilio para la marca japonesa de cosméticos Paula, y no tardó en ascender.
Pronto ganó el triple que su marido. Afirma haber trabajado duro. Y, a día de hoy, sigue cumpliendo sus objetivos de venta.
Alrededor del 30% de la población tiene más de 65 años y hay más de 92.000 centenarios en el archipiélago japonés.
Debido en parte a la escasez de mano de obra, el número de empleos para personas mayores ha aumentado en los últimos años.
POLA, por ejemplo, explica que hay aproximadamente 250 asesores de belleza mayores de 80 años. Tres de ellas son centenarias.
Aya Katsuta, portavoz de POLA, afirma que Horino es el participante más activo en la comunicación con los clientes y el desarrollo de nuevos productos.
Horino es brillante, añade.
Llevó molinetes hasta los 80 años, sigue maquillándose todos los días y se trata las arrugas.
Todas las noches se baña, estira los miembros en el agua caliente y se lava la cara con 20 buches de agua. Después se aplica una loción, dos cosméticos antiarrugas diferentes, un suero, una emulsión hidratante y, por último, una crema.
También se mantiene bien informada y ve las noticias en la televisión todas las noches. Esto le permite charlar con sus clientes.
Hay que conocer muchos temas diferentes. Tengo que saber de béisbol para poder hablar con la gente a la que le gusta el béisbol”.
Siempre es estupendo verla de buen humor, dice con admiración Yuriko Abe, una clienta de 75 años. Es como una hermana mayor”.
Sin embargo, cada vez es más difícil retener a sus clientes. Muchos de ellos han fallecido a los 80 años, admite Horino.
Seguiré trabajando mientras viva”, afirma. Ayudar a la gente a ser más guapa y feliz es lo que la hace feliz, añade.