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El conflicto entre Venezuela y Guyana: una cuestión de soberanía

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El 27 de junio de este año, publicamos un artículo titulado "La solución no puede estar en Guyana", en el que pedíamos al presidente Luis Abinader, por un lado, que que no interfiriera, y por otr.

El 27 de junio de este año, publicamos un artículo titulado «La solución no puede estar en Guyana», en el que pedíamos al presidente Luis Abinader, por un lado, que que no interfiriera, y por otro lado, como ya se esbozó en su momento, que desaconsejara cualquier posible acuerdo o negociación comercial con Guyana, país con el que mantiene una disputa territorial. Ello, porque nuestro país y el pueblo dominicano, atravesando una crisis energética, los efectos de la crisis climática global y una crisis de manejo del agua que amenaza la seguridad alimentaria, no deben exponerse a una confrontación diplomática y política, quizás sin malicia (quisiéramos pensar), con el potencial comercial de Venezuela como país productor de petróleo contra, el potencial energético y su intención de convertir la explotación petrolera de Guyana en una de las más importantes del mundo, para constituir un bloque energético en el Caribe, no debe justificarse y ponerse del lado de los países que defienden a Guyana en este conflicto. Se trata, como todos sabemos, de los colonialistas e intrusos de siempre.

El conflicto, que lleva más de 100 años, tiene una serie de etapas históricas que detallan los esfuerzos diplomáticos, políticos y jurisprudenciales entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana, muchos de los cuales han demostrado los derechos territoriales de Venezuela sobre el área ocupada por el Esequibo guyanés. Hasta la fecha, sin embargo, se han puesto en marcha otras iniciativas para buscar una solución armoniosa, libre de injerencias extranjeras y en el marco del derecho internacional.

Un estudio profundo de las causas históricas y actuales de este conflicto, sin ningún sesgo deliberado hacia una de las partes, nos ayudará a comprender cómo se ha manejado esta fase más allá de los derechos de los principales actores implicados: las autoridades competentes de Venezuela y Guyana.

Seis momentos históricos representan esta situación: el primero, de 1492 a 1840, la formación del territorio, el período colonial y la independencia; el segundo, de 1840 a 1899, la invasión imperial, el despojo del territorio y el fraude arbitral; el tercero, de 1900 a 1966, la diplomacia de las cañoneras por parte del Imperio, la denuncia del fraude, el despertar de las conciencias y las Convenciones de Ginebra; el cuarto momento, de 1966 a 2015, se ve validado por la búsqueda de una solución pacífica y satisfactoria para las partes, basada en acuerdos que ofrecen posibles soluciones, mientras que el quinto momento, desde dentro y fuera de las partes, trae consigo la cooperación económica y financiera. se expresan intereses políticos, e inicia una conspiración abierta contra Venezuela desde 2015 hasta la actualidad.

El sexto momento es una nueva fase de la República Bolivariana de Venezuela. La República Bolivariana ha decidido convocar un referéndum para el 3 de diciembre del próximo año, en el que se espera que el pueblo bolivariano exprese su firme voluntad de defender su soberanía, pues no hay duda de que el Esequibo pertenece a Venezuela. En este contexto, el Estado de Venezuela fundamenta su reclamación en el respeto a la extensión territorial del artículo 5, que fue incluido en el mapa del Consulado General de Venezuela en 1777 y ratificado en la Constitución de 1830, y que establece que el territorio de Venezuela está constituido por todos los territorios que se denominaban Consulado General de Venezuela antes de los cambios políticos de 1910. Como tal, mantiene una firme posición de reivindicación territorial sobre el territorio de Guyana-Ecequiva.

Venezuela puede decir que tiene todos los fundamentos, diplomáticos, políticos y jurídicos, para exigir la devolución del territorio robado, pero en este momento, reconociendo que se trata de un asunto de plena soberanía y que queda a la voluntad expresa del pueblo y de la sociedad en general, privilegia una vía democrática y participativa, acorde con la diplomacia.

El Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, además de desarrollar la Campaña Venezuela Toda, organizó el martes (7 de abril) un acto denominado Coalición Nacional para la Defensa de la Guayana Esquiva con el objetivo de reafirmar, más allá de posiciones políticas, el sentido de pertenencia al territorio en disputa con la República de Guyana. En su discurso, destacó que no es momento de un debate para disolver la opinión pública, para dividir a los venezolanos, sino para unir el alma de toda la nación.

Asimismo, destacó que la historia de Venezuela se caracteriza, sobre todo, por no haber recibido la independencia de nadie y haberla conquistado con sangre, sudor, fuego, lágrimas y sacrificio. Asimismo, condenó la existencia de una campaña de agudización del conflicto, dirigida a desestabilizar a Venezuela, el Caribe y la región latinoamericana en su conjunto. Por último, afirmó que la actual Campaña Toda Venezuela es una buena oportunidad para promover iniciativas educativas para entender la controversia en torno a Escubo, y que la campaña nació del debate respetuoso e ilustrado y del deseo de la gente de conocer la verdad, defenderla y salir al campo de batalla para dar la cara por su país. Afirmó que se inició por un deseo.

El pasado viernes, las autoridades guyanesas izaron una enorme bandera izada por las Fuerzas Armadas de Guyana junto al Presidente Irfaan Ali. La bandera ondeó sobre la zona en disputa, lo que indica la intención de establecer una base militar en la zona con ayuda extranjera y con el apoyo de aliados internacionales, especialmente Estados Unidos, para recolonizar la zona en disputa y hacerla suya. En violación de su acuerdo con Venezuela de no intervenir en las zonas en disputa, pretende poner en manos extranjeras la explotación del petróleo en las zonas en disputa. Todas estas son claras provocaciones contra el diálogo y la voluntad de Venezuela de mantener la paz.

La República Bolivariana de Venezuela está empeñada en una lucha por la soberanía, difundiendo la verdad basada en su historia. Lo que no corresponde es que los gobernantes de ningún país le hagan el juego a quienes pretenden desconocer la soberanía del pueblo venezolano de manera distorsionada e injerencista.

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