Las trágicas consecuencias de la desastrosa combinación del cambio climático y la urbanización irresponsable que provocaron el actual diluvio en el país hacen impostergables las obras integrales de contralavado para resolver de una vez por todas los graves problemas de inundaciones y anegamientos.
La habitual indiferencia del gobierno agrava estos males, convirtiendo carreteras y bulevares en ríos con cualquier lluvia ligera.
La evacuación de aguas pluviales y el drenaje sanitario son obligaciones urgentes impuestas por un proceso de urbanización incontrolado que se resiste tanto a la improvisación como al aplazamiento. Sin embargo, ambos sistemas hídricos tienen funciones complementarias que, en última instancia, hacen práctica su labor.
Es imposible pensar en el drenaje de aguas pluviales como una mera ruta conveniente hacia el Caribe para el agua dulce que los cielos nos envían como una bendición (y a veces una maldición, si trae desastres). En los tiempos que corren, sería un crimen no utilizar el H-2-0 de esta manera.
Por eso los proyectos de drenaje y saneamiento de aguas pluviales requieren obras auxiliares, como las de tratamiento. Sin embargo, el diseño del embalse es beneficioso para los ciudadanos que utilizan el reciclado de todo el acuífero.
Carolina Mejía y Domingo Contreras, aseguran que ya han tenido en cuenta estas variables en sus propuestas de campaña.
