La demandante es una artista de la voz llamada Yin, quien el 5 de mayo del año pasado descubrió que su voz se usaba en muchos audiolibros que circulaban en Internet sin firmar un contrato o dar permiso, informó el periódico local China Daily.
Tras una investigación adicional, descubrió que las aplicaciones que usaban inteligencia artificial ayudaban a los infractores a reproducir sus voces y vender sus derechos a varias plataformas con fines de lucro.
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Yin demandó a 5 empresas, incluido el operador de la aplicación, el proveedor de software de inteligencia artificial y la empresa que grabó su voz, argumentando que sus acciones y prácticas violaban sus derechos de voz.
«Nunca he permitido que nadie haga negocios con mi voz grabada, y es aún menos probable que la procese con la ayuda de inteligencia artificial o venda la versión generada con ella», dijo Yin ante el tribunal el martes.El periódico citó.
Yin ordenó al tribunal que detuviera de inmediato la violación, se disculpara públicamente y pagara una indemnización de 600.000 yuanes (aproximadamente 83.600) al acusado.
Vivo con mi propia voz. Los audiolibros que usan mi voz procesada por inteligencia artificial están afectando mi trabajo y mi vida normal, dijo el artista.
El acusado argumentó que la voz procesada por inteligencia artificial no es la misma que la voz original en la sombra, y es necesario distinguir 2.
Liu Bin, un abogado de Beijing citado por el periódico, señaló que los expertos legales están buscando mejores formas de resolver disputas relacionadas con la inteligencia artificial.La práctica jurídica ayudará a encontrar un equilibrio entre el progreso tecnológico y la protección de los derechos, dijo.
El gigante asiático quiere regular los servicios de inteligencia artificial generados similares a ChatGPT, que están sujetos a la normativa vigente en materia de seguridad de la información, protección de datos personales, propiedad intelectual y avances científicos y tecnológicos.
Además, deben respetarse los valores fundamentales del socialismo, la moral social y la ética profesional, y está prohibida la creación de contenidos que amenacen la seguridad nacional, la unidad territorial, la estabilidad social o los derechos e intereses legítimos de otras personas.
Varios gigantes tecnológicos chinos, como Baidu, Tencent y Alibaba, han ofrecido servicios basados en inteligencia artificial en los últimos meses, pero se han planteado interrogantes sobre la aplicación de este tipo de tecnología en los países asiáticos debido a la fuerte censura impuesta por las autoridades.
