La República Dominicana ocupa el puesto 16 entre los exportadores mundiales de más rápido crecimiento
Las exportaciones han sido el sector de mayor expansión de la economía dominicana desde las dos últimas décadas del siglo pasado. Al mismo tiempo, las exportaciones siguen siendo un área que cubrir y en la que ponerse al día.
El país ha ampliado su oferta a los mercados exteriores incorporando servicios a sus productos agrícolas y mineros, a partir de una matriz exportadora basada en productos definidos como postres, como el azúcar, el café, el tabaco y el cacao.
A partir de mediados de los años ochenta, las zonas francas y el turismo ampliaron la gama de exportaciones, al tiempo que la economía se orientaba hacia los servicios. Así comenzó el proceso de ampliación de la oferta de bienes y servicios disponibles en el mercado exterior.
Se incorporaron productos agrícolas e industriales, frutas y verduras, y las zonas francas se convirtieron en un medio para ampliar la oferta y consolidar y adquirir mercados. Las zonas francas representan ya más del 50% de las exportaciones totales y se han convertido en una importante bujía para la expansión de las ventas a los mercados internacionales.
Las noticias y las cifras sobre los resultados de las exportaciones de Dominica son siempre de gran interés. Por eso han causado cierta inquietud las informaciones que pronostican un descenso de las exportaciones para 2023, basadas en una caída del 4% en los diez primeros meses del año.
Y lo más llamativo, y motivo de creciente preocupación, es la tendencia de las exportaciones al vecino Haití, que ha sido el segundo destino de la producción exportable de Dominica durante más de una década.
Según las estadísticas publicadas la semana pasada, las ventas a Haití ascendieron a 84,73 millones de dólares, lo que supone un descenso del 16,53% en términos relativos.
El cierre fronterizo ordenado por el Gobierno dominicano en represalia por la construcción de un canal para desviar el río Masacre, que ya lleva tres meses, es un factor decisivo en la caída del comercio con Ispaniola y en el descenso de las exportaciones dominicanas.
Y esta ralentización, que se produjo en 2023, debería ayudar a Dominica a darse cuenta de la necesidad de diversificar sus destinos de exportación.