Según Abel Fernandes, director de Conacado, las exportaciones de cacao ascienden actualmente a 80.000 toneladas, siendo Europa el principal destino de las exportaciones.
En los últimos 35 años, la industria del cacao se ha consolidado en el mercado internacional gracias a sus sabores, aromas, genética y organización industrial. La importancia y relevancia adquirida por la República Dominicana se debe a su perfil de plantación, sabor, aroma y calidad genética; en una conferencia de prensa organizada por el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) en San Francisco de Macorís, el representante de la Federación de Productores de Cacao de la República Dominicana (Conacado), Abel Fernández, declaró que “el cacao es un producto de primera calidad”. Abel Fernández, afirmó que “la República Dominicana tiene uno de los sectores cacaoteros mejor organizados y gestionados”.
El sector está organizado, explicó, por la existencia de la Comisión Nacional del Cacao, que es el órgano rector de la política. Esto, sumado a la creación de CONACADO, ha sido uno de los puntos fuertes del sector cacaotero en los últimos 35 años.
Según Fernández, la República Dominicana ocupa el cuarto lugar, exportando 80.000 toneladas, principalmente a Europa. En los últimos años hemos exportado unas 80.000 toneladas de cacao, que no es mucho comparado con Costa de Marfil y Ghana. En América Latina están Ecuador, que exporta entre 350.000 y 400.000 toneladas, y Brasil, que exporta 250.000 toneladas, pero el mercado interior es mucho más fuerte. La producción de exportación de Perú ronda las 100.000 toneladas y está creciendo bastante más que este país”, aclara Fernández.
El conacado cuenta con unos 9.000 pequeños productores en siete regiones del país y se exporta principalmente a Europa.
Los agricultores reciben unos ingresos en función de su producción, y la organización promueve y facilita una serie de modelos para aumentar la productividad de los agricultores, subrayó Fernández.
Principales estados productores de cacao en la República Dominicana
Según Fernández, en la República Dominicana hay 20 provincias productoras de cacao, con la mayor concentración en Duarte. En el este, Hato Mayor y El Ceibo tienen la mayor demanda, pero se vieron afectadas por la tormenta Fiona. También hay zonas de producción más pequeñas, como Puerto Plata, Barahona y Montecristi. Las provincias están estructuradas según el modelo y el plan del Ministerio de Agricultura, según los expertos.
Mejora del rendimiento y control de calidad
Según Fernández, la agencia trabaja bajo criterios de sostenibilidad y con el deseo permanente de añadir valor a la producción dominicana. Esto implica el cumplimiento social y medioambiental y garantiza la transparencia y el cumplimiento de derechos como la protección de la infancia y la igualdad de género, aclaró Fernández.
El molino tiene capacidad para moler 30.000 toneladas de cacao en grano, lo que equivale a un tercio de la producción del país.
De este proceso se obtienen los nibs, que son granos tostados, descascarillados y partidos. Los nibs se refinan y se convierten en licor de cacao, que es una masa de cacao y, por tanto, no está relacionada con el alcohol. Este licor de cacao se envía al proceso de prensado, del que se obtiene la manteca de cacao utilizada en la fabricación de chocolate y cosméticos.
Por otro lado, cuando se extrae la manteca por prensado, se produce lo que se conoce como torta de cacao, que al refinarse se convierte en el conocido cacao.
Estas son algunas de las cosas que hacemos en el Grupo Conacado para añadir valor a la producción del país y contribuir a alcanzar sus objetivos. Se trata de mejorar las condiciones y el nivel de vida mediante la calidad diferenciada de las cosechas y la industrialización de los productos.
El gran reto del cambio climático
Fernandes afirmó que, desde hace 15 años, el país sufre los efectos del cambio climático. Antes, a la hora de producir, teníamos que elaborar un calendario y ajustar las entregas según el mes y el volumen de entregas. Con una producción precisa, era fácil determinar las cantidades y decir en qué meses había que entregar, empezando a mediados de marzo, aumentando en abril, alcanzando el máximo en mayo y disminuyendo en junio, explicó.
Por desgracia, sin embargo, el problema del cambio climático ha invertido todo esto. De hecho, estamos perdidos. Por ejemplo, la cosecha de invierno de este año es muy baja. Tradicionalmente, en invierno se cosecha entre el 25% y el 30%, y entre el 70% y el 75% después de abril. Según Fernández, ahora no sabemos cómo planificar. Por supuesto, seguimos comprometidos con los volúmenes de exportación, porque todavía hay cacao de buena calidad en mayo, pero ya no podemos hacer estimaciones con tanta antelación”.
Fernandes señaló que el cambio climático se está haciendo cada vez más patente, marcado por la aparición de tormentas y sequías cada vez más fuertes y duraderas.
Educar y organizar a los productores es clave
Según Abel Fernandes, antes de los años 90, el cacao se percibía como un producto sin fermentar, de mala calidad y sin características ni condiciones especiales. Era el único país sin una cultura de fermentación del cacao y de gestión de cada cosecha. Como consecuencia, el cacao se comercializaba con una diferencia negativa por debajo del precio fijado por una penalización. Sin embargo, entre 1985 y 1990 se creó CONACADO, cuyo objetivo era mejorar la calidad del cacao y proporcionar herramientas y formar a los productores sobre la necesidad de una correcta manipulación en cada cosecha.
