Ministerio de la Presidencia. En la mañana de ayer, funcionarios del Ministerio de la Presidencia visitaron la rancheta de Andreyna para atender sus necesidades.
Por la endeble puerta de zinc y madera que ni siquiera cubría todo el umbral de la casa de Andreina de León y su familia entraron flores navideñas, rojas brillantes como de costumbre, con la profecía de que no sólo tendrían unas felices fiestas sino también una vida mejor, un lujo que les trajo esperanza Les dio.
El viernes pasado, el periódico Listín Diario contó la historia de Andreina, madre de cinco hijos de Chumplun, distrito de Manoguayabo, que lo perdió todo con las fuertes lluvias del 18 de noviembre.
Los colaboradores del Ministerio de la Presidencia (Minpre) llegaron antes de tiempo con flores de Navidad, juguetes, artículos de primera necesidad, regalos especiales para cada uno de sus cinco hijos y la promesa de una cena lo suficientemente grande como para compartirla con todo el sector el 24 de diciembre.
Andrina, tu historia nos ha conmovido a todos. Porque representas a muchas familias que están en la misma situación que tú. Después que leímos (el reportaje del Listín), no quisimos que esta Navidad fuera como las otras que ustedes han pasado, por eso vinimos con regalos para que fuera diferente», dijo la directora del Gabinete Mimple, quien representó al ministro Joel Santos, dijo con emoción Carmen Minaya.
La ministra Minaya les dijo a Andreína, de 33 años, a su esposo Fabio García, de 48, a sus hijos de 1, 2, 4, 5 y 7 años, y a sus suegros, que de inmediato iniciaría los trabajos necesarios para dejar lo mejor posible su hogar, que se encuentra en pésimas condiciones por la devastación en el cañón, y que se comprometía a que sus necesidades les dejara con la esperanza de que todo quedara cubierto.
Sabemos que esta familia tiene muchas necesidades y que lo que les hemos llevado no lo es todo. Una comisión les acompañará para ver qué necesitan», declaró.
Acompañantes enfermos.
En el caso de Wilder, de dos años, Mimple prometió acompañarle al tratamiento de una afección cardiaca que le aquejaba y preocupaba a sus allegados, especialmente a su madre.
Hace unos dos meses, mi abuelo lo tenía en brazos y le estaba dando de cenar cuando se volvió hacia atrás, escupió y empezó a forcejear. Inmediatamente reconocí que se trataba de un ataque porque tenía las uñas amarillentas», explica de León, técnico de enfermería.
El pediatra, que debe ver a Wilder cada dos semanas sentado a la sombra de su casa, que puede o no ser de madera o bloque, ya que empezaron las obras de construcción fuera de las paredes tapiadas que en su mayoría fueron arrastradas por el barranco, pensó que podría tratarse de un fallo cerebral o del sistema nervioso y lo remitió a un neurólogo de urgencias.
Sin embargo, como el adulto de la casa no tenía un trabajo fijo para pagarse las pruebas necesarias, le atendieron en un hospital público y le dieron cita para seis meses después.
No se preocupen, es algo que no me quitará el sueño y tenemos que resolverlo ya. Hemos llevado este asunto al ministro de Salud (Daniel Rivera) y todo debe estar resuelto para la primera semana de enero», aseguró el funcionario presidencial.
Minaya también recibió certificados para ir a comprar ropa, comestibles y otros artículos de primera necesidad, así como dos cestas con compota, biberones, leche, cereales y pañales. Esto se debe a que, a pesar de mi necesidad, siempre le dije al Señor (Dios) que todo era parte de Su propósito, Su tiempo era perfecto y yo no podía ir en contra de Su tiempo.
Su casa.
No tiene más de 80 metros cuadrados y es casi totalmente exterior, ya que no hay puertas.
Es una mezcla de salón, cocina y baño hecha de palos de madera, cartón y zinc. Además, por encima cuelgan perchas vacías y cubos para guardar las gotas de lluvia. Por la noche, duermen en colchones en el suelo.
