La Navidad se convierte en un acontecimiento que une al pueblo dominicano.
En Santo Domingo, la capital dominicana, la Navidad despierta con un resplandor único: desde octubre, las calles de Santo Domingo se engalanan con luces resplandecientes y adornos que anuncian la llegada de la época festiva. Aquí, la Navidad es sinónimo de tradición y unión familiar.
En el sur del país, la magia navideña se entreteje en la cálida brisa y las familias participan activamente en la preparación del tradicional vino casero, que comienza un mes antes de Nochebuena. La casa se llena de aromas embriagadores y la limpieza esmerada es un ritual que refleja el deseo de celebrar la Navidad como es debido y con alegría.
En la región del Cibao, la Navidad tiene sus propios matices. Las fiestas están impregnadas de las ricas tradiciones culturales de la región. Platos típicos como el morro de guandules coco y el cerdo asado están en la mesa, dejando un sabor inolvidable que resalta la diversidad culinaria de la isla.
Otros platos que forman parte integrante de las celebraciones navideñas son los pasteles de hoja, típicos de la zona oriental del país. Está hecho de masa de plátano, plátano verde o yautias, relleno de carne, envuelto en hojas de plátano y atado con una cuerda.
La diversidad de platos también es común a todas las regiones del país: pavo asado, pollo asado, ensaladilla rusa, ensalada verde, lasaña, pasteles, espaguetis, dulces navideños, coquittos, manzanas y uvas.
La participación de cada familia es única en cada región. Desde la preparación de los platos simbólicos hasta la decoración de la casa, la Navidad es un acontecimiento que une a todos los ciudadanos dominicanos.
