¿Pueden los perros contraer la enfermedad de Alzheimer? Aquí está la respuesta Las enfermedades neurodegenerativas pueden afectar a algunos perros, aunque sus manifestaciones difieren de las de los humanos. Cómo detectarlos y cuándo consultar al veterinario Se trata de una enfermedad degenerativa provocada por una disminución significativa del número de terminales de neurotransmisores y de neuronas que transmiten información a través del sistema nervioso central, en la que el tejido nervioso noble es sustituido por acumulación de degeneración amiloide, lo que la hace similar a la enfermedad de Alzheimer en humanos.
enfermo. En razas grandes y mayores, esta progeria puede aparecer con signos muy evidentes a partir de los siete años de edad, mientras que en razas pequeñas suele aparecer a partir de los diez años. Es por esto que es muy útil saber reconocer los signos de esta enfermedad para poder brindar un tratamiento adecuado de manera temprana y así mejorar tu condición.
Los signos de deterioro senil en perros son muy claros, se vuelven más evidentes y severos con el tiempo y si no se tratan. Las enfermedades pueden variar dependiendo de muchos factores, como la raza, el tipo y el estilo de vida, así como del estado de salud de la mascota. El deterioro cognitivo es leve al principio pero progresa con el tiempo.
La patología en sí tiene cuatro etapas, con diferentes signos, según su gravedad: Etapa 1 (síndrome de disfunción cognitiva senil canina inicial): Etapa 4 (síndrome de disfunción cognitiva senil grave en perros): Todos los síntomas pueden manifestarse de forma mixta, en diferente orden y de forma complementaria, dando lugar a un cuadro complejo y de difícil resolución. Aunque la demencia senil en perros es un proceso que tiende a empeorar con el tiempo, existen tratamientos que retrasarán la aparición de los signos y el deterioro. Algunos consejos para evitar su aparición y desarrollo prematuro: Ejercicios mentales: mantenga vivas y activas las capacidades cognitivas del perro durante muchos años, entrénelo con ejercicios y juegos mentales, que juegan un papel decisivo para mantener el cerebro lo suficientemente activo, mejorando las conexiones nerviosas y la actividad de los neurotransmisores.
Tratamiento farmacológico: siempre bajo la supervisión de un veterinario que realizará este tratamiento. Existen medicamentos como la selegilina, que desde hace tiempo están aprobados por la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU.) para tratar esta enfermedad.
Suplementos: Actúan previniendo el deterioro cognitivo y se denominan nutracéuticos. Es como si fueran drogas, pero funcionan a través de la comida. Aún según prescripción de su veterinario, los antioxidantes están incluidos en esta categoría en la guía de tratamiento para esta enfermedad, como vitamina C, vitamina B, vitamina E, inositol, selenio, resveratrol, cúrcuma, etc., así como Omega 3, CBD.
. y triptófano, entre otros suplementos.