Los reguladores estadounidenses han inmovilizado en tierra 171 aviones 737 MAX 9 con la misma configuración que el avión involucrado en el incidente del viernes pasado. La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) anunció el jueves una investigación sobre el control de calidad de Boeing, tras un incidente casi catastrófico la semana pasada que involucró a un 737 MAX operado por Alaska Airlines. En un comunicado, la FAA dijo que el incidente nunca debería haber ocurrido y no podría volver a ocurrir, después de que un panel conocido como pestillo de puerta explotara mientras el avión sobrevolaba el estado occidental de Oregón.
El avión de Alaska Airlines realizó un aterrizaje de emergencia sin muertos ni heridos graves. Desde entonces, los reguladores estadounidenses han inmovilizado en tierra 171 737 MAX 9 con configuraciones similares al avión involucrado en el incidente del viernes pasado. La FAA dijo el jueves que está investigando si Boeing no se aseguró de que los productos terminados cumplieran con los diseños aprobados y fueran adecuados para una operación segura según las regulaciones de la FAA.
La FAA añadió en un comunicado que las operaciones de fabricación de Boeing deben cumplir con los más altos estándares de seguridad a los que están legalmente exigidas. Dijo que la seguridad, más que la velocidad, determinará el tiempo que lleva volver a poner en servicio el 737-9 MAX. A principios de esta semana, el director ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, asumió la responsabilidad del incidente y prometió total transparencia mientras el gigante de la aviación intenta salir de su última crisis.
Los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte creen que la pieza involucrada en el incidente no estaba correctamente colocada. United Airlines y Alaska Airlines dijeron que descubrieron hardware suelto en algunos de sus aviones Boeing 737 MAX 9 durante las inspecciones preliminares realizadas desde el viernes.
