Me ensucié, amor mío, me ensucié Soy un desastre, mi amor, soy un desastre. cuando entro en tu boca, tardíamente, y casi sin motivo, casi sin motivo alguno, Te toco con mis pezones. te toco con mis pezones y con mi impotente soledad; y probablemente no enamorado Soy un desastre, cariño, soy un desastre.
Y mi fruto de la suerte es respetado. quemaduras en tus manos lubricadas y atribuladas como una terrible promesa de veneno; y aunque quisiera besar tu rodilla, cuando entro en tu boca, tardíamente, Soy un desastre, cariño, soy un desastre. Chico loco: cuando me miras Chico loco: cuando me miras arriba y abajo discretamente Siento que estás rompiendo todas las cintas de mis ratos de diversión…
Chico sobrio: cuando me tocas como una mano descuidada, a veces, Siento que estás creciendo y en tu carne tienes muchas bocas. Anoche Anoche dormí con un hombre y su sombra. Las constelaciones no saben nada sobre este asunto.
Tus besos son las balas que he aprendido a volar. Hubo un paro cardíaco. Joven Nada como olas.
Esta oscuro, suave, Usó un martillo para golpear mis nudillos. En aquella época vivíamos en la selva, esta asquerosa salud pero el anhelo de otro cuerpo nos mata. Información del autor Carilda Oliver Labra (Matanzas, Cuba, 6 de julio de 1924 – 24 de agosto de 2018).
Reconocida como una de las voces más importantes de Cuba, Carilda Oliver Labra conocía todos los rangos y todas las formas. Es una de las pocas personas que escribió sonetos, silvas, redondillas, cuartetas, décimas e incluso excepcionales versos libres. El investigador Miguel Barnet escribió sobre ella: hizo lo que quiso en su vida.
Desterró a la alta burguesía a la que pertenecía, se casó con quien quiso, consiguió el amor que deseaba y escribió los poemas eróticos más atrevidos.