MADRID, 17 de enero (EUROPA PRESS) – Ingenieros de la Universidad de Michigan han desarrollado un imán ‘blando’ no metálico para controlar robots mediante campos magnéticos sin necesidad de utilizar una fuente de alimentación conectada. Este imán es lo suficientemente liviano como para agregarlo a partes blandas del robot y lo suficientemente fuerte como para ser guiado por campos magnéticos. Estos imanes podrían usarse en medicina para guiar cápsulas tragables a un área específica del cuerpo o para implantar dispositivos implantables.
Este material es el primero en el que moléculas magnéticas basadas en carbono se unen químicamente a la red molecular del gel, creando un imán flexible y duradero para robótica blanda. El estudio que describe este material fue publicado en la revista Matter. La creación de robots a partir de materiales flexibles les permite adoptar formas únicas, manipular objetos delicados y explorar lugares que otros robots no pueden.
Por ejemplo, los robots más resistentes serían aplastados por la presión de las profundidades del océano o podrían dañar tejidos sensibles del cuerpo humano. Abdón Peña-Francesch, profesor asistente de ciencia y tecnología, explicó en el comunicado de prensa que para que los robots se vuelvan más suaves, será necesario encontrar nuevas formas de impulsarlos y hacerlos moverse para que puedan hacer su trabajo. El Instituto de Robótica de la universidad.
de Michigan y es el autor correspondiente del estudio. Los prototipos actuales suelen moverse mediante cables hidráulicos o mecánicos, lo que requiere que el robot esté conectado a una fuente de alimentación o a un controlador, lo que también limita su alcance. Los imanes pueden activar estos robots, permitiéndoles moverse mediante campos magnéticos.
Sin embargo, los imanes metálicos convencionales tienen sus propias complicaciones. Pueden reducir la flexibilidad de los robots blandos y son demasiado tóxicos para algunas aplicaciones médicas. El nuevo gel podría proporcionar una alternativa no tóxica para las prácticas médicas, y cambios adicionales en la estructura química del imán podrían ayudar a que se descomponga en el medio ambiente y en el cuerpo humano.
Estos imanes biodegradables se pueden utilizar en cápsulas que se dirigen a lugares específicos del cuerpo para liberar fármacos. El gel del equipo está elaborado íntegramente a partir de moléculas a base de carbono. El componente principal es TEMPO, una molécula con un electrón libre que no está unido a otro electrón en un enlace atómico.
El espín de cada electrón TEMPO desapareado en el gel se alinea con un campo magnético, que atrae el gel hacia otros materiales magnéticos. Las moléculas de entrecruzamiento adicionales en el gel actúan como un marco que conecta las moléculas de TEMPO a una estructura de red sólida y al mismo tiempo forman una jaula protectora alrededor de los electrones de TEMPO. Esta jaula evita que los electrones desapareados formen enlaces, lo que eliminaría las propiedades magnéticas del gel.