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Cristóbal Balenciaga, creador místico y protector de su homosexualidad

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Madrid.- Creador místico, misterioso, metódico, católico y emprendedor, así aparece Cristóbal Balenciaga en la serie homónima de Disney+.

Madrid.- Creador místico, misterioso, metódico, católico y emprendedor, así aparece Cristóbal Balenciaga en la serie homónima de Disney+. en el que Le On relata los 30 años en París de esta modisto española, celosa de su intimidad, defensora decidida y férrea de su homosexualidad y amante absoluta de sus creaciones. Si el sastre todavía estuviera vivo, (seguramente) no habría participado en esta película biográfica interpretada por el actor español Alberto San Juan.

Quizás te guste leer: ‘Cristóbal Balenciaga’, 30 años del diseñador español afincado en París, en Disney+ Según Sonsoles Díez de Rivera, mecenas fundadora del museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria, ciudad natal del artista, mantuvo su vida en secreto, rechazó las exposiciones públicas y prefirió el prestigio a la fama. Una de las dos (supuestas) entrevistas que concedió en su vida es el tema general de la historia que comienza en 1937, cuando Balenciaga (1895-1972), espoleado por la Guerra Civil Occidental España, se traslada a París con su socio y acompañante. .

Wladzio D‘Attainville y el matrimonio fueron fundados por Nicolás Bizkarrondo y Virgilia Mendizábal. En el primer capítulo verás cómo abrió el salón del número 10 de la Avenue George V y donde presentaron su primera colección: las críticas fueron tibias y hubo muy pocos pedidos. El comienzo fue difícil y el diseñador, que trabajó en absoluto silencio, dudaba de sus capacidades.

Está obsesionado con la perfección pero también tiene dificultades para atrapar a su presa, su deseo de pasar desapercibido. Nunca vino a saludar al final del desfile. El segundo capítulo trata de la ocupación de París por las fuerzas del Eje.

Balenciaga permaneció en silencio. Muchas fábricas de alta costura cerraron por falta de tela, pero él permaneció abierto y decidió comprar telas en España. Tus ingresos aumentan.

Aprovechando su éxito en París, Balenciaga buscó reabrir tiendas en España y mantener estrechos vínculos con la élite del régimen de Franco. La guerra terminó y Balenciaga se situó a la vanguardia de la alta costura. No habla de política, es un astuto hombre de negocios.

En el tercer episodio, su alta costura, aunque admirada por sus compañeros, se ve amenazada por el éxito de Christian Dior. Dior fue noticia cuando lanzó el “New Look” en 1947. Fue un shock pero el español le restó importancia y se centró en su alta costura para atraer la atención de la prensa de moda.

La serie refleja el legado de Balenciaga pero también refleja el entusiasmo con el que el diseñador siguió su vida privada. No quería publicidad y odiaba ser fotografiado, aunque hizo una excepción al anunciar su perfume “Le Dix” (1947). En el cuarto capítulo, Balenciaga alcanza su apogeo con trajes bien entallados.

Las filtraciones y las copias de mala calidad generan desacuerdos con sus homólogos. Decidió limitar el acceso del público a sus desfiles y realizarlos una semana después de los demás. También aparece la relación de Balenciaga con Coco Chanel, una amistad de respeto y admiración que acabó mal: Chanel le pidió que posara con ella en una revista para promocionar su marca y aumentar las cifras de ventas.

Sin embargo, su amistad con Hubert de Givenchy fue inquebrantable. A lo largo de los capítulos no se ignora su homosexualidad y se relata la relación que mantuvo con el sombrerero Wladzio d’Attainville, un aristócrata franco-polaco fallecido muy joven. Del luto, entra en su vida el joven Ramón Esparza, quien eventualmente se convierte en su mano derecha, su compañero durante 25 años.

En el quinto capítulo, Balenciaga corona su carrera con la creación del vestido de novia de la reina Fabiola de Bélgica. El episodio final comienza a finales de los años 60, cuando la alta costura perdió fuerza ante el prêt-à-porter y el sastre decidió cerrar su casa.

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