Arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago, Monseñor Héctor Rafael Rodríguez Santiago.-El Arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago, Mons. Héctor Rafael Rodríguez, ha pedido un cambio en el sistema para ayudar a combatir la corrupción y la deshonestidad. Entiende que no tiene sentido perseguir a corruptos y ladrones si el sistema que crea a estas personas y les permite corromperse no cambia.
No tiene sentido decir que tenemos cincuenta corruptos creados por el sistema, pero no tocamos el sistema. Por lo tanto, atacar a los corruptos será inútil si no se modifica desde dentro el sistema que los crea. Rodríguez advierte que hoy tenemos el deber de mantener la llama de las ideas, las buenas obras y los grandes principios que guió Juan Pablo Duarte al ingresar a la política.
Asimismo, hizo un llamado contra agendas que intentaron imponer y obligar sistemáticamente a elementos extranjeros a negar la identidad nacional desde sus mismos orígenes. En un sermón en el Tedeum en el aniversario 211 del natalicio del patriota Juan Pablo Duarte, el monje habló sobre el deseo de devolver la soberanía y la libertad al mejor postor, la falta de compromiso social y la desigualdad, la justicia, en la sociedad. problema.
y la corrupción económica, pública y privada, y la deshonestidad, son las principales amenazas que enfrenta la República Dominicana. Mons. Rodríguez advirtió que hay elementos que hieren el corazón del país, como el individualismo, la indiferencia y la búsqueda de la superación personal sin tener en cuenta a los demás.
Entendamos que la corrupción es uno de los mayores problemas que está enfermando al país, es un proceso que lleva a la muerte del país, porque fomenta la cultura de la muerte. El deseo corrupto de poder y posesión no conoce límites. Es imposible combatir la corrupción callando, pidiendo no presentar denuncias, enfatizó Mons.
Santiago. Advirtió que el afán de poder y posesión no tiene límites y que frente a las prácticas corruptas hay que denunciar, confrontar y afirmar la honestidad e integridad de la vida.