Cinco años después, El Salvador vuelve a las urnas para determinar su futuro para los próximos cinco años, en una contienda que parece sugerir que se desarrollará sin ningún tipo de contracción, después de que el presidente Nayib Bukele intentara consolidarse como el líder político supremo de la nación centroamericana. Lo peor para las aspiraciones del presidente ya pasó, luego de que logró aferrarse al vacío constitucional que le permitía la opción de postularse a la reelección vedada en el país hasta el contexto actual. Todo ello se logró con el apoyo de una sociedad salvadoreña que hoy ve a Bukele como jefe de un gobierno que ha logrado debilitar a las pandillas, el principal dolor de cabeza de El Salvador durante muchas décadas, con mano firme y sin escatimar esfuerzos y recursos.
Aunque la constitución del país prevé que cualquier gobierno tenga un mandato de cinco años, la voluntad del soberano debe ser respetada y con el enorme apoyo y la buena imagen del país a nivel nacional e internacional, estas amenazas ahora han surgido. pasado. Lea: Bitcoin: ¿La apuesta de Nayib Bukele convencerá a los salvadoreños?
Pero la popularidad de Bukele no es fruto de la casualidad, sino de su política de seguridad, que ha llevado al país de los más violentos de la región a uno de los más seguros, ¿y qué? ¿Por qué poner esto en riesgo? ..?
Es en este contexto que hoy aparece como favorito en una elección formal, ya que según las encuestas el presidente sale con una ventaja del 81% en la intención de voto, lo que en algunas de las encuestas más conservadoras lo convertiría en el mejor candidato electo en el país. historia. Los candidatos que enfrentarán a Bukele este domingo son Manuel Flores (FMLN), Joel Sánchez (Arena), Luis Parada (Nuestro Tiempo), José Renderos (Fuerza Solidaria) y Mariana Murillo (Fraternidad Patriota Salvadoreña), ambos con campañas basadas en la economía.
. y eviten a toda costa caer en un estado de inseguridad, porque allí lo perderán todo. Sin embargo, según las últimas encuestas, todos los candidatos sólo alcanzarán el 12,2%, un escenario casi imposible de revertir.
Por lo tanto, parece que el liderazgo continuo del país por parte del líder es sólo una cuestión de formalidad. hasta al menos 2029. Pero su éxito en la lucha contra las pandillas ha tenido un alto costo social, dañando en cierto modo su fuerte imagen, con movimientos que denuncian detenciones arbitrarias, incluso la desaparición de un sospechoso de delincuente, lo que ha hecho que la comunidad internacional sea cautelosa.
Aunque no fue rechazado por la mayoría de los salvadoreños, su éxito demostrado con más de 75.000 pandilleros le dio una armadura que le permitió manejar sus acciones con facilidad. Fue esa confianza la que lo motivó a centrar la mirada en otro aspecto, es decir, que su partido Nuevas Ideas siguiera teniendo mayoría en el Congreso, porque de lo contrario el nuevo mandato no tendría consecuencias para Bukele, con la ley en su contra. Es por esto que el futuro de El Salvador no sólo está en la elección presidencial sino también en lo que pase a nivel legislativo, para poder comenzar con predicciones de lo que podría pasar con El Salvador en los próximos 5 años.