El año pasado estuvo marcado por grandes éxitos de la industria cinematográfica. Si hay una ley en este país que se cumple a rajatabla es la ley del cine. Por tanto, procede que la Hacienda Pública advierta sobre violaciones de las disposiciones de la ley de cine.
La Dirección General de Impuestos Internos acaba de tomar una decisión unilateral que ha causado preocupación en la industria cinematográfica dominicana porque debilita a todo un sector de esta floreciente industria. La medida adoptada por la DGII afecta directamente la estabilidad y el desarrollo de la industria cinematográfica y en definitiva del sector cultural del país. Una comunicación recibida el jueves pasado en oficinas jurídicas afiliadas a la industria cinematográfica informó sobre una medida que pudo haber sido tomada ‘dictatorialmente’ por la DGII frente a la decisión unánime del CIPAC que no aprobó la propuesta.
El Consejo Interinstitucional para la Promoción de la Actividad Cinematográfica (CIPAC), del cual la DDGII forma parte junto con otras organizaciones, es un organismo creado por ley para regular las actividades de las organizaciones afines a la ley. De hecho, es un organismo tan eficaz que tiene previstas 14 reuniones en 2024. La primera reunión es el 15 de enero.
La última comienza el 7 de febrero. De acuerdo a lo establecido en el artículo 141 de la Ley de Cine, la resolución que aprueba la inversión emitida por el Consejo de Promoción de la Actividad Cinematográfica Interdisciplinaria (CIPAC) debe notificarse al menos 15 días antes de que el inversionista presente la declaración. Sin embargo, la DGII decidió ampliar unilateralmente este plazo a 30 días, en contra de lo dispuesto por la ley.
Esta acción podría poner en peligro las garantías jurídicas únicas de nuestro país, con consecuencias negativas para toda la industria cinematográfica dominicana. La estabilidad y confiabilidad de las exenciones fiscales previstas por la Ley de Cine pueden verse amenazadas, afectando tanto a las producciones nacionales como extranjeras que opten por filmar en el país. Esta medida ha provocado inseguridad y pérdida de confianza tanto en la industria como en los inversores.
Como sabe este diario, la ministra de Cultura, Milagros Germán, se habría opuesto, ya que preside este organismo, donde está representada por el viceministro Giovanny Cruz y, según fuentes confiables, solicitará una reunión con el Presidente. Las autoridades pertinentes deben abordar urgentemente esta situación y tomar las medidas necesarias para garantizar la estabilidad y el desarrollo continuo de los principales sectores culturales del país. Medida La medida administrativa implementada unilateralmente por la Dirección General de Impuestos viola la Ley de Cine en su artículo 141 y es contraria a las normas aprobadas por el Presidente.
Hace unos días, durante un desayuno en El Caribe, el director, productor y CEO de Panamericana Films, Archie López, dijo que mucha gente estaba equivocada. Archie López dijo que en realidad la ley cinematográfica no es una ley económica sino una ley cultural. Y tenía razón.
Artículos 34 y 39 de la Ley de Cinematografía Los esfuerzos por sabotear la Ley del Cine parecen tener su origen en el artículo 34 de dicha Ley. Es decir, eliminar la exención fiscal para los productos nacionales. Hablan mucho de eso.
Sin embargo, esto perjudicaría al mismo tiempo la importación de divisas que se produce bajo el mismo artículo 39, que prevé exenciones en el caso de producciones extranjeras filmadas en el país. Incluso si no tocamos el artículo 39, esto conducirá automáticamente a una posible reacción de rechazo por parte de los fabricantes extranjeros, ya que provocará una crisis de credibilidad en el ordenamiento jurídico del país. Al igual que el turismo, el cine es una industria muy sensible.
O que a gregar a esto, toda la buena prensa que provoca el cine dominicano internacional, las tenas de páginas que a la vez que referencian en las películas dominicanas o extranjeras filmadas en el país, hacen Promoción de República Dominicana, directa o indirectamente, como turistas de destino.
